“ Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: pasemos al otro lado .”

Marcos 4.35

Entre las tantas historias que los Evangelios relatan de Jesús, hay una que me es personalmente muy significativa; se trata de cuando el Señor calma la tempestad. Ciertamente un día en la vida de Jesús, durante su permanencia acá en la tierra no debió haber sido muy reposado ni para Él, ni para sus discípulos, pero al finalizar un buen día de aquellos, el Maestro montándose en una barca dice: “ pasemos al otro lado ”.

Podemos usar nuestra imaginación para revivir en cierta manera la escena, hasta donde la Palabra nos lo permite, y de esa manera me imagino a los discípulos de Jesús cansados, anhelando sentarse a solas con su Maestro, disfrutando tal vez de un merecido buen pedazo de pan fresco y algo de pescado, mientras deleitan sus oídos con las ensenanzas de su Señor, y sin embargo en lugar de todo eso, el Señor dice “ pasemos al otro lado ”. Muchos de los que seguían a Jesús, seguramente se miraron entre ellos, pero apesar de las condiciones, posiblemente no muy favorables para un viaje en barca, como lo eran el cansancio, la oscuridad, el viento que iniciaba a soplar amenazante, era el Señor quien había hablado.

Lo que ocurrió a continuación es bastante conocido, se desató una gran tormenta y la barca se anegaba, mientras que el autor de la aventura “dormía plácidamente” en la popa de la barca. Puedo imaginarme aún a los discípulos afanados luchando contra los vientos y tratando se sacar el agua de la barca, hasta que fueron donde el Señor estaba y le despertaron diciéndole: Señor, no tienes cuidado que perecemos?!. Posiblemente se hubiese podido leer entre líneas algo así como “!Señor, fuiste tú el de la idea de pasar al otro lado y te quedas acá durmiendo, por lo menos álzate y ayúdanos a sacar agua de la barca, para que no muramos!”. El Maestro se levanta, calma los vientos y la tempestad y reprende a sus discípulos, por la su falta de fe.

El Señor muchas veces me ha dicho, “ Rocco, pasemos al otro lado ”, sé que con usted también lo ha hecho; “ hijo mío, es hora de cambiar, de ir a otro lugar, de subir otro nivel en tu vida de cristiano ” y puede ser que las condiciones no parezcan ser las mas favorables y puede ser que en medio del camino se desate una terrible tormenta y peor aún, puede ser que en medio de todo, el Señor se acueste a dormir en la popa de nuestra zozobrante barca. ¡Qué situación desesperante! Pero, cómo puede ser posible que se nos olvide ¿Quién es el que va con nosotros en la barca?, es el Dios Todopoderoso. Recuerda que si Él te dijo “ pasemos al otro lado ” no lo hizo en singular, no te dijo “ pasa al otro lado ” dijo PASEMOS .

Él va conmigo en mi barca, Él va contigo en tu barca, la barca no se hundirá jamás. Aunque parezca que duerme, El Señor se está mojando con la misma agua que parece anegarnos sin remedio, y aunque las condiciones parezcan ser las más contrarias, la barca ?no se hundirá jamás! Porque Él va con nosotros en ella y no permitirá que eso suceda.

Gracias, mi Señor…. no le temo ni a los vientos ni a la tormenta porque tú vas conmigo en esta barca y llegaremos juntos al otro lado, tal y como tú me lo has prometido .

Rocco Cicchetti