“Cuando cierro mi corazón y no dejo que Él me toque….me encierro a mi mismo y excluyo a los demás.  Lo que a veces ignoro es que en realidad mi último escalón que acabo de pisar me llevó a la cárcel profunda del alma donde  estaré finalmente confinado quizás por el resto de mi vida”. Serafín Contreras G.

Mateo 18:34 Y enojado, su señor lo entregó a los carceleros para que lo torturaran hasta que pagara todo lo que debía.