Devocional Diario“Empleados, obedeced a vuestros patronos terrenales con respeto y honor, con sencillez de vuestro corazón; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad del Señor, sirviendo de buena voluntad como al Señor y no a los hombres” Efesios 6:5-7

El trabajo es una bendición de Dios. Muchas veces lo he visto como una carga y por ello pierdo de vista la gran oportunidad que tengo allí de servir al Señor.  Hoy quiero ver mi trabajo como un lugar y una oportunidad para servir al Señor.  Por eso cuando en este día entre en mi lugar de trabajo, quiero llevar conmigo la presencia de Dios.  Hoy quiero hablar la paz del Señor y compartir su gracia y su perfecto orden en la atmósfera de mi trabajo.

Hoy reconozco el señorío del Señor sobre todo lo que hable, todo lo que piense, todo lo que decida y todo lo que realice dentro de las paredes de mi lugar de trabajo.

Hoy quiero agradecerle al Señor por todos los dones que él ha depositado en mí.  No tomo ligeramente esos dones, sino que me comprometo a usarlos responsablemente y usarlos bien.  Dios me ha  dado un abastecimiento fresco de la verdad y la belleza para hacer lo mejor y productivo en mi trabajo.   Dios me ha dado creatividad, ideas y energía para impactar ese lugar donde desempeño mis labores y esa creatividad y esas ideas quiero usarlas responsablemente.  delicados-trabajo30b

Hoy quiero que el Señor sea mi guía en mi trabajo cuando esté confundido y me de energía cuando esté cansado.  Que él me de luz cuando la necesite y esperanza cuando ya sienta que desmayo.

Qué hoy pueda en mi trabajo  traer esperanza, vida y ánimo a los que conmigo laboran y que pueda transmitir eso en la manera como hago lo que hago.  Que pueda traer agua fresca en medio del ambiente tenso y los que estén a mi lado puedan descansar.   Que en mi sonrisa se refleje la sonrisa del Señor y en mi mirada se exprese la ternura de él.  Qué con mi compañía, el solitario se sienta reanimado y el triste vuelva a sonreír.

Sé que oiré noticias no muy agradables en mi trabajo, pero no quiero ser el mensajero de esas malas noticias. Lo que anhelo es estar satisfecho con lo que hago para transmitir esa satisfacción a los demás-

Hoy quiero en mi trabajo expresar lo mismo que dijo el Salmista en el Salmo 36 versos 7-9. “Cuán preciosa es tu bondad oh Dios. Por lo tanto los hijos de los hombres ponen su confianza bajo la sombra de tus alas.

Ellos están abundantemente satisfechos en tu casa y tu les das a ellos de beber del rio de tus placeres. Tú eres la fuente de la vida y en tu luz yo veo la luz.  Amén

Dr. Serafín Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com

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