¿Sabías que la tentación no tiene favoritismos? De hecho, la tentación es bien común para todos… niños, adolescentes, y adultos.

La tentación ignora estatus social, económico y espiritual. De manera que no te sorprendas cuando seas tentado.

Es importante señalar que la tentación no es pecado. Mientras te corra sangre por las venas ten por seguro que vas a ser tentado así que no te sientas culpable por eso.

El problema con la tentación es que atrapa tu mente, imaginación, sentimientos, y voluntad. Una vez que los atrapa; determinas que entablarás en ella. Es como si tu cuerpo te dijera “hazlo”… Y por lo regular al principio las consecuencias de la tentación no se manifiestan inmediatamente; y llegas a creer que te has salido con la tuya. Comienzas ha engañarte con frases como: “Ves, no me pasó nada”.

Empiezas a creer que eres un poquito más inteligente que los demás, porque aparentemente no te pasó nada, llegas a pensar que puedes empujar los límites un poquito más. Pero al final terminarás destruyéndote; ¿Sabes por qué? Porque el pecado siempre mata.

En Alaska las personas tienen una forma muy peculiar de cazar lobos. Lo que hacen es tomar un cuchillo de cacería sumergir la navaja en sangre y después la dejan congelarse. Repiten este proceso varias veces hasta que crean una paleta/helado de sangre, pero dentro de la paleta está la navaja del cuchillo. Entierran el mango del cuchillo en el hielo. Y como la nariz del lobo es 10,000 veces más poderosa que la del ser humano; desde kilómetros de lejos el lobo puede olfatear sangre congelada. El lobo llega al cuchillo cubierto con sangre y comienza a lamerlo.

Empieza a lamerlo tan rápido y la sangre congelada le sabe tan rica, sabrosa y es tan agradable que desea más y más, y la primera vez que la navaja corta su lengua, apenas si se da cuenta, pero el lobo  continúa lamiendo y lamiendo hasta que comienza a tomarse su propia sangre y muere desangrado.

El pecado es así… comienza tan dulce, divertido y placentero pero terminas bien muerto. A veces la muerte es física, emocional o espiritual.

Como puedes ver, El pecado siempre te llevará más lejos de donde quisiera ir, te costará más de lo que estés dispuesto a pagar y te detendrá más tiempo de lo que deseas estar”.

 Fuente: Jorge Cota

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