¿Le interesa a Dios lo que nos sucede en el día?

¡Por supuesto! Cuando nos agobiamos, cuando hacemos de las pequeñas cosas una montaña, Él nos ayuda a reponernos. Paso a paso Él nos muestra el camino y nos renueva nuestras fuerzas para seguir.

Salmos 23:4

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porqie tú estarás conmigo;

tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Isaías 40:31
pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.

 

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2 Corintios 4:8
Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no desesperados;