Devocional Diario – Hoy… Aunque No Lo Entienda Sé Que Dios Es Trino

“En Jesús toda la plenitud de la Deidad  reside corporalmente” (Col. 1:19; 2:9-10).

Las ferias de la ciencia para los chicos de primaria son una mezcla  de lo ingenioso y lo rutinario. Probablemente esto refleje la  inclinación de los padres, más que la de los niños, para inclinarse hacia el mundo científico o para alejarse de él.

Los temas de estudio varían desde la necesidad que tienen las plantas de la luz hasta la conductividad relativa de materiales diferentes. La mayoría de los  proyectos han sido reciclados desde hace años y solamente, de vez en cuando, hay uno verdaderamente notable.  Pero lo que hace que  sea un placer asistir a las ferias de la ciencia, aparte del entretenimiento de reconocer los mismos experimentos básicos que hicimos  hace pocas décadas, están los muchos recordatorios acerca de la realidad y de la fuerza del mundo material que nosotros damos por hecho o que simplemente hemos olvidado.

Tomemos, por ejemplo, los tres estados en los cuales toda materia puede existir: sólido, líquido y gaseoso. Ninguna feria de la ciencia estaría completa sin la exhibición de los cartelones con fotos instantáneas y gráficos registrando fielmente las temperaturas a las cuales el agua y otras sustancias (como el shampoo o el chocolate) se vuelven gaseosos, líquidos y sólidos.

Aunque la apariencia física de los elementos toma formas diferentes, su composición molecular permanece constante. Todo el mundo sabe que el hielo, el vapor y el agua en realidad son simplemente H2O con cualquier otro nombre.

Sin embargo, nadie confundiría vapor con hielo. Lo más probable es que una de las fotos en el cartelón será la de un trozo de hielo derritiéndose en una olla de agua hirviendo que está emanando vapor: tres estados con la misma composición esencial.

No siempre es fácil diferenciar el momento exacto en el que el H2O es solo hielo (completamente congelado) o cuándo llamar al H2O vapor, ya que el vapor continúa destilándose en la tapa de la olla.

Algo parecido puede decirse acerca del Dios trino y uno, con quien ahora ya tienes una relación personal. No hay una analogía terrenal exacta mediante la cual explicar la naturaleza de la perfecta unidad entre Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Cómo pueden ser uno y todavía ser distintos, es un gran misterio, pero no para hacernos tambalear. En cierta forma, es tan simple como Jesús lo plantea: ver a uno de ellos es lo mismo que ver a otro de ellos. Asimismo, nosotros somos bautizados en el nombre de los tres que son Uno (Mateo 28:19).

No se trata de satisfacer a tres dioses diferentes y de asegurarnos de no dejar a ninguno de ellos fuera de la ecuación, sino más bien es una declaración de la plenitud y la integridad con la cual el Dios verdadero se ocupa de todo en toda la creación.

Hoy, aunque mi mente no lo puede procesar en mi espíritu, sé que Dios es Tres y a la vez uno y ante él me doblego.

Señor, gracias por ser mi Padre, Gracias por ser mi Salvador y ser el Espíritu que me guía. Amén.

Dr. Daniel A. Brown.
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