El  Espíritu Santo me glorificará [a Jesús], porque tomará de lo mío y os lo hará saber. — Juan 16:14 .

El trabajo principal del Espíritu Santo es comunicarle a todo el mundo, de manera comprensible, cómo es Jesús en realidad y también que Él es la suma total del mensaje de Dios para cada persona . El Espíritu corteja y lleva a las personas hacia Jesús y las capacita para que finalmente lleguen al punto en el que puedan decir: “Jesús es el Señor”.

Parte de esto lo hace convenciendo a las personas de pecado , y parte derramando el amor de Dios en sus corazones donde se transforma en una realidad innegable. Confrontadas con su propia maldad y mediante la misericordia amorosa de Dios aun frente a su maldad, las personas responden al ofrecimiento del perdón completo de Jesús.

El Espíritu Santo es llamado paracletos, un término griego que significa “ayudante, abogado, dador de ayuda cercano, al-que-llamas-a-tu-lado.” Jesús, quien está “sentado” a la “diestra” de Su Padre en el cielo , no quiere dejarnos “huérfanos,” completamente solos en la tierra .

Por esta razón, Él nos da Su Espíritu, para mantenernos en contacto inmediato con Él y el Padre. El Espíritu Santo está en la proximidad más cercana posible con el aspecto más profundo y recóndito de nuestra existencia: nuestro espíritu.

Esto es lo que asegura nuestra comunión con Dios.  El Señor quiere que entremos a la increíble unidad e integridad que hay entre el Padre, el Hijo y el Espíritu. Casi cada aspecto de nuestra vida y ministerio espiritual refuerza el valor que Dios le da a la comunión entre Él y nosotros. Y aquí es donde el Espíritu Santo concentra mucho de Su trabajo: habilitándonos a estar al unísono con el Padre y el Hijo. 

Aun cuando nosotros hiciéramos nuestro mejor esfuerzo y tratáramos de ajustar nuestra vida a los caminos de Dios, simplemente no lo podríamos hacer con nuestra fuerza y habilidades limitadas ni con nuestras percepciones y discernimientos naturales. Qué emocionante que Dios no es sólo un Creador distante, sino uno que activamente se involucra en nuestras vidas.

La intención de Dios nunca fue la de hacer que nosotros intentáramos seguirlo sin Su ayuda, como un físico nuclear con un grupo de alumnos del segundo grado de secundaria. Él sabe que no seremos capaces de permanecer con Él sin un tipo de tutoría muy especial. Él quiere guiarnos, enseñarnos e impulsarnos sobrenaturalmente. Y la mayoría de las veces Dios lo hace mediante Su Espíritu.

Por el Espíritu, podemos entender lo que el Señor quiere que sepamos. El Espíritu Santo sabe todo lo que Dios cree y siente ;  Él busca las “profundidades de Dios” y nos muestra esas verdades ocultas porque somos hijos de Dios. Al aprender del Espíritu llegamos a tener la capacidad de hacer, decir y saber cosas que de otra forma serían incomprensibles para nosotros. Es por eso que Él es llamado el “Espíritu de verdad”. Él nos muestra cómo son las cosas en realidad, como decretó Dios que fueran.

Hoy escucharé las instrucciones del Espíritu a Mi vida.

Señor, Gracias por darme tu Santo Espíritu. Es mi consolador y mi instructor diario. Amén.

Dr. Daniel A Brown.
Disfrute Tu Diario Vivir.