Oíd palabra del Señor, vosotros los que tembláis a su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan por causa de mi nombre, dijeron: El Señor sea glorificado. Pero él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos. Isaías 66:5.

Tal vez este versículo apenas pueda aplicarse a uno sólo de los muchos millares que lean este librito de promesas.
Empero el Señor fortalecerá con estas palabras a quien se halle en tal situación. Oremos, pues, por todos aquellos que injustamente han sido rechazados por quienes aman.

¡Que el Señor se les manifieste propicio para gozo suyo!

Este texto se dirige a personas verdaderamente piadosas que tiemblan ante la palabra del Señor. Fueron aborrecidos por sus hermanos y rechazados finalmente a causa de su fidelidad y santidad. Esto les pareció tan duro porque al obrar así con ellas se hizo en nombre de la religión y con el pretexto de glorificar a Dios. ¡Cuántas cosas se llevan a cabo en defensa de Satanás con el nombre de Dios!

El uso que se hace del nombre de Dios para aumentar el veneno de la antigua serpiente es una prueba de la astucia del diablo. La manifestación del Señor es la esperanza de sus perseguidos. Él se manifiesta como abogado y defensor de sus escogidos: y cuando así obra, se muestra evidente liberador de quienes temen a Dios, para verguenza de sus opresores.

¡Oh, Señor, cúmplase tu palabra en aquellos a quienes escarnecen los hombres!

Hoy se que el Señor me defenderá una vez más y me mostrará su alegría y en ella viviré confiado.

Señor, Gracias, No hay enemigo que pueda hacerle frente a un hijo tuyo cuando este confía en ti. Yo hoy quiero confiar en ti y esperar en tu promesa. En el Nombre de Jesús, Amen.

Charles Spurgeon.
Libro De Cheques Del banco de La Fe.