“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz [poderosamente efectiva, eficiente], y más cortante [con la capacidad de llegar directamente a la esencia del asunto] que cualquier espada de dos filos; penetra [atravesando para introducirse] hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y la médula, y discierne [diferenciar entre] los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada oculta a su vista [la de Dios], sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de Aquél a quien hemos de dar cuenta” Hebreos 4:12-13.

Palabra de Dios tiene una reacción espiritual hacia cosas que están en nuestro interior. La Biblia funciona como un solvente, mezclándose hasta en los asuntos más profundos de nuestra alma, trayendo consigo el poder restaurador y curativo de Dios.

A medida que leemos nuestra Biblia y le permitimos que limpie nuestro corazón y nuestra mente, ésta restaura y reconstruye aspectos de nuestra personalidad dada por Dios, sin que sea requisito que sepamos de antemano cuáles son los problemas o en dónde podríamos tener las heridas. Como una cápsula de acción prolongada o de vitaminas múltiples súper potentes, la Biblia en realidad comienza a trabajar después de que la ingerimos. Nutre nuestro ser interior y nos fortalece contra ataques espirituales.

La verdad de la Palabra de Dios penetra aun más profundamente que nuestra conciencia, para examinar cuidadosamente todos nuestros sentimientos y pensamientos. Los “juzga” con la verdad, lo que significa que nos alerta de caminos falsos y de condiciones mentales inestables. Nos señala los motivos equivocados que hay en nosotros y hace que nos demos cuenta de fallas ocultas.

Por añadidura, la Biblia nos provee un discernimiento y un sentido más agudo de lo que está sucediendo en nuestro interior y en el exterior. Entre más leemos la Biblia, más capacitados estamos para “leer entre líneas” de la vida. Las Escrituras son como “una lámpara” brillando en la oscuridad, “una luz” a lo largo de nuestro camino, persiguiendo a las sombras y haciendo que retrocedan para que podamos  ver.

Hoy..La Palabra de Dios actuará poderosamente en mi y através de mi.

Señor..Gracias por darme tu Palabra la cuál actuará poderosamente en mi. Amén.

Dr. Daniel A. Brown.
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