“¿Con qué limpiará el joven su camino? ¡Con guardar tu palabra!  Con todo mi corazón te he buscado;  no me dejes desviar de tus mandamientos.  En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”. Salmo 119:9-11.

 

Este es un buen día para sacar provecho de la bendita palabra de Dios.  Cómo puedo sacar provecho de esa gloriosa palabra divina?  Estas son unas buenas recomendaciones que puedo compartir contigo en este día.
•    Comienza por creer que lo que estás leyendo es cierto, en lugar de leer y luego decidir si es cierto o no.
•    Haz una oración sencilla: “Señor enséñame mediante Tu Palabra. Planta estos versículos en mi corazón para que posteriormente den fruto en mi vida”.
•    Lee con la mayor frecuencia posible; un poquito cada día es mejor que mucho de vez en cuando.
•    Lee la Biblia como leerías el mapa de un tesoro, buscando cosas en tu vida que se parezcan a lo que encuentres en los versículos.
•    Espera una revelación. Escucha lo que venga a tu corazón concerniente a los asuntos de tu vida o a cosas que te afecten, respecto a las cuales te has hecho preguntas.
•    Marca o subraya cada versículo que te llame la atención, especialmente versículos que te edifiquen. Está atento a las promesas o mandamientos que revelan el corazón de Dios.

Por encima de todo, acerquémonos con un corazón hambriento de Dios, esperando oír de esa palabra sazonada que nunca nos dejará sin satisfacción. Cuando nuestra alma se encuentra con esa palabra, entonces seremos guiados y educados directamente por Dios.

Hoy, sacaré ese provecho de la Palabra de Dios. Mi alma tiene sed del Dios vivo.

Señor, Gracias por darme el alimento de tu palabra y en este día me acerco a ti con todo mi corazón totalmente dispuesto a ser instruido por tu palabra, Amén,

Dr. Daniel A. Brown.
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