“ Santifícalos en tu verdad….Tu palabra es Verdad”. Juan 17:17

 

A medida que leas la Biblia, te asombrarás de cuánto ha jurado Dios darte y hacer por ti. Si no sabes de Sus promesas, por ejemplo, que nunca va a abandonarte sin importar el giro que den las cosas malas, pasarás por una incertidumbre innecesaria y dolorosa, esperando que Él haga algo que ya prometió que haría. Entre más conozcas Sus promesas, te levantarás con más certeza y sin temor.

Sus promesas son el pilar de tu herencia, todo lo que ha transferido para cuidarte y darte satisfacciones increíbles.  Dios nos da Su Palabra como un mentor bondadoso y cuidadoso que nos protege.

Estamos “encomendados” a la Palabra de Dios ; esto es, se nos motiva a ponernos bajo su  custodia y su cuidado benevolente.  La Biblia no es una lista de tareas que nos impulsa a hacer la voluntad de Dios. Tampoco nombra Dios a supervisores para asegurarse de que leamos tanto como se supone que deberíamos hacerlo. En vez, Dios nos da Su Palabra como un mentor bondadoso y cuidadoso que nos protege.

Sus Palabras no sólo nos alertan para alcanzar nuestra herencia completa, sino que también nos edifican. Al leer la Biblia, nuestra persona interior, nuestra vida espiritual, se desarrolla y madura como un adolescente que crece con rapidez .

Las palabras de Dios aumentan nuestra fuerza y confianza. Su Palabra impulsa nuestro carácter de manera que lleguemos a estar firmemente establecidos en Sus caminos.

Como hemos estado viendo, Dios quiere que leamos Sus promesas en la Biblia debido a la capacidad sobrenatural que éstas tienen para cambiarnos. Tal como la adoración tiene un poder transformador en nuestras vidas, el leer la Biblia lo tiene también.

La Biblia es la verdad . Todas sus partes juntas suman la verdad total acerca de la voluntad y los caminos de Dios aquí en la tierra .

Las promesas de Dios no sólo neutralizan las influencias corrosivas de nuestra vida, sino que también Sus palabras nos capacitan pro-activamente para llegar a ser más como Él en nuestra manera de pensar y de comportarnos .

Hoy..Su palabra llena de promesas me asombrará. Y en ese asombro seré edificado.

Señor, Gracias por siempre sorprenderme con las joyas de tu palabra que llenan mi alma y satisfacen mi corazón. Hoy, me dejaré asombrar una vez más por ti. Amén.

Dr. Daniel A. Brown.
Disfrute Tu Diario Vivir.