“La Biblia autoriza la expresión del enojo, porque  Enojo es una emoción común y estamos expuestos a ello cada día.

No podemos evitar no enojarnos y no deberíamos tratar de no enojarnos, ni negar o suprimir esa emoción.

No es pecaminoso enojarnos y Dios espera que nos enojemos, pero también espera que lo resolvamos”.

Serafín Contreras G.

Job 18:4  Es tal tu enojo que te desgarras el alma; ¡mas no por ti quedará desierta la tierra, ni se moverán de su lugar las rocas!

Efesios 4:26  Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo.