PowerPoint – La Visión Celestial

¿Y de dónde sacaremos el valor para hacer lo que de otro modo tendríamos miedo de hacer?

Es preciso ver más allá del temor.
Mantener los ojos en la meta, en ese algo más.

Hace poco se emitió en Estados Unidos un concurso televisivo en el que los participantes competían en una serie de pruebas de valor; o, más exactamente, en pruebas para superar el miedo. Para pasar a la fase siguiente del proceso de eliminación había que realizar ciertas hazañas en condiciones aterradoras, extrañas o repulsivas.

¿Cómo puede alguien estar dispuesto a someterse a semejante tormento?

Por el premio que se entrega al último que queda, el algo más. En ese caso, eran cincuenta mil dólares.

Y no son los únicos.

Los alpinistas se juegan la vida y la integridad física en condiciones penosas como exposición a los elementos, hambre y agotamiento, todo por la emoción de alcanzar una cumbre y ver el mundo desde una perspectiva que pocas personas han visto o que verán alguna vez.

Los deportistas hacen gala de increíble disciplina y se esfuerzan hasta el límite porque centran la atención en un trofeo, una medalla de oro o un premio en metálico.

En el capítulo 11 de la segunda epístola a los Corintios, el apóstol Pablo recuerda que se esforzó y trabajó arduamente perdiendo sueño, sufrió hambre, sed y desnudez; lo azotaron, golpearon y apedrearon dándolo por muerto, naufragó, fue encarcelado, estuvo en peligro constante y en muchos casos no tenía residencia fija.
¿De dónde sacaba el valor para
soportar todo eso?

En Filipenses 3:13-14 nos cuenta su secreto.
«Hermanos, yo mismo no
pretendo haberlo ya alcanzado;
pero una cosa hago:
olvidando ciertamente
lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que
está delante, prosigo a
la meta, al premio del
supremo llamamiento de
Dios en Cristo Jesús».
¡Ese es el secreto!
Esforzarse por llegar a la meta.
Mantener los ojos en el premio.

El mundo abunda en problemas, tristeza y dolor; y tanto los titulares de las noticias actuales como numerosas profecías de la Biblia nos dicen que la situación empeorará antes de mejorar.
¿De dónde sacaremos el valor paraafrontar lo que nos espera?

Tenemos que mirar más allá de esta vida
y centrar la atención en el galardón.

A la mayoría de la gente el Cielo se le hace muy lejano.

Es difícil verlo como lo describe la Biblia, como un mundo mucho más real e infinitamente más duradero que el entorno material en el que vivimos.

Pero esa visión celestial es el núcleo de la fe.

En ella el creyente encuentra valor.
Por la fe,
Moisés se sostuvo
como viendo al Invisible.
Hebreos 12:27
También podemos hacerlo nosotros.

¡Mantén tus ojos
en el Cielo!

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