Mientras ojeaba rápidamente mis fotografías el otro día, me tope con una de una tejedora de canastos de la Isla Ssesse en Uganda y comencé a pensar…

El tejer diseños de canastos es un arte complejo que requiere de mucha habilidad y destreza.  Ver a una experta trabajando es tan fascinante que me había quedado observando a esta dama en particular por horas.  Lo que era sorprendente, sin embargo, era que un joven africano también había quedado embelesado mientras que la tejedora realizaba su labor.

Preguntándome si el joven estaba más interesado en el tejido del canasto que en la tejedora, me acerqué sorpresivamente a la pareja.  Al preguntarle sobre su interés en el tejido, el sabio joven mi miró con desconcierto total y contestó que no sabía cómo hacerlo por lo que observaba porque siempre podemos aprender algo de los demás.

De todas las lecciones que he aprendido durante mis viajes, ¡una de los más importantes es que la sabiduría no tiene nada que ver con la riqueza y muy poco con el nivel de educación formal!  La sabiduría puede ser hallada en cada aldea, en cada pueblo, en cada ciudad, país y continente en cada rincón de la tierra.  Es más, los más sabios no son a menudo los más vocales sino, por lo contrario, los más callados y reservados.

El joven en la Isla Ssesse es un ejemplo perfecto.  Su estatura en la aldea era tal que no se esperaba que estudiase la humilde tarea del tejido de canastos; sin embargo, allí estaba.  Y para rematar, este joven reservado compartió una perla de sabiduría con tan poco esfuerzo.

Al observar lo que ocurre en el mundo hoy, me encuentro anhelando que más gente tuviese la sabiduría de mi joven amigo africano.  Ha pasado mucho tiempo desde que conocí al joven pero he llevado su recuerdo y sabiduría en mi corazón desde entonces.  Y creo con todo el corazón que, sin importar quiénes seamos, siempre podemos aprender algo de los demás.

Rhia Roberts, copyright 2007

Fuente: www.motivateus.com

¿Cuánta amargura y violencia nos ahorraríamos si tan sólo pudiésemos reconocer que no sólo podemos sino que nos toca aprender de quienes nos rodean… sean estas personas, comunidades o aún naciones?  Como bien pudo reconocer la autora del pensamiento de hoy, la sabiduría no está confinada a un grupo selecto de personas en base a su trasfondo educativo… sino más bien, está disponible a todos los que mantienen una actitud abierta a los propósitos más amplios de Dios para sus vidas.  Tal vez hay toda una riqueza de lecciones que nos están pasando de largo tan sólo porque no aceptamos aprender de las personas que están más que dispuestas a compartir con nosotros.  No dejemos pasar de largo estas oportunidades y aprovechémoslas.  Adelante y que el Señor les continúe bendiciendo.

Raúl