A los solteros y a las viudas digo que es bueno para ellos si se quedan como yo. (1 Corintios 7:8)

Soltero – “¿Y que de mí?” llegó el lamento doloroso a mi correo electrónico. “Soy soltera. Tú enseñas sobre la palabra “ezer” que significa Auxilio referente al papel de la esposa. ¿Qué debo hacer yo? que no soy casada?”

Una persona soltera hoy se levanta entre dos perspectivas. La cultura nos dice que necesitamos ser casadas (o en algún tipo de relación “comprometida.”) Se ha predicado por décadas que tu culminación llega con el aparejamiento.

La iglesia enseña la misma cosa. Así que nos dejamos llevar por publicidad de bodas, los programas de televisión, y la verborrea constante de las veintinueve áreas de compatibilidad. Pensamos que sin alguien especial, nuestro destino de vida es poco menos que la felicidad real. La preocupación se intensifica. Así que procedemos a ser los ingenieros de nuestro aparejamiento. Esta es la alternativa griega. El mundo está lleno de ella. Comienza con el temor de la soledad. Termina con hacer que las cosas sucedan como deseo.

Existe otra manera. Es la manera que coloca mi agenda en el altar y observa cómo se quema. Dios me dice que lo que se consume en el altar es santo. Así que se que este acto voluntario de negación está dentro de Su voluntad. Dicho sea de paso, no es nada diferente para quienes están casados. Si estoy casado con una agenda personal, yo también he sido llamado al auto-sacrificio.

Una persona soltera no puede tomar este paso a menos que primero comprenda que no hay razón para temer. En este mundo, el temor de lo desconocido es una fuerza poderosa detrás de tomar mi vida en mis propias manos. Pero esa no es lo que dice la Biblia. EL Dios de la Biblia es el Rey soberano del universo. Cuando me comprometo con Él, le doy la autoridad de decidir estos temas cruciales de mi vida.

Sé que Su plan es bueno. Y sé que Él es perfectamente capaz de gestionar mi vida para que encuentre la pareja perfecta. Y sé que si no encuentro esta pareja, Dios aun es bueno y Su plan aun es perfecto.

Aquí tengo una decisión que tomar. Puedo languidecer en decepción porque temo lo desconocido abrazar la meta de aparejamiento de la sociedad, o puedo esperar con expectación que mi Amo y Rey me provea según Sus propósitos.

Yo le sirvo a Él. El Señor nunca me dará menos de lo que necesito para ser capaz de cumplir Su diseño para mí. Puedo estar seguro de esto. Pero lo que no puedo hacer es enfocar mis ojos en otra cosa que no sea Su carácter – mi Padre sabe exactamente qué es lo que necesito.

En alguna manera, los solteros son inmensurablemente benditos. Si, se que algunas veces no lo parece (¿y quién soy yo para hablar?). Pero sé que los estándares de Dios son invertidos- Se que Él nunca me permite cargar más de lo que puedo soportar mientras porto Su honor. Así que eso significa que Dios sabe a quién puede confiarle las cargas extras y a quién no.

Los discípulos lo llamaron ser considerados dignos de sufrir en Su nombre, y se regocijaron por Sus decisiones. Así que he aquí la parte invertida. Creemos que el gozo matrimonial nos completa. Dios sabe que algunos de nosotros de hecho servimos mejor Sus propósitos al permanecer solteros. Y para él, que estemos dispuestos a ir contra la corriente cuenta como algo muy especial. De hecho, es tan especial que pocos son llamados a esa vida. Aquellos llamados exhiben una devoción a Él que la mayoría de nosotros no soporta muy bien.

La soltería en este mundo definitivamente es invertida, pero la inversión es la marca de la fortaleza espiritual, no de debilidad.

No te desanimes. La cultura presiona la comprensión ordinaria de los objetivos de la vida. Los que somos seguidores del Rey debemos dejarle esas decisiones a Él. No corremos tras las mismas metas. Dejamos que Eel Señor resuelva nuestras vidas. Y cuando Él gestiona la soledad  nos regocijamos y nos relajamos. La vida vivida por Él es la mejor recompensa.

Autor: Dr. Skip Moen

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