“Yo, el SEÑOR tu Dios, soy un Dios celoso.” Éxodo 20:5

Celoso- La palabra hebrea qanna es una palabra de uso exclusivo para Dios. Este adjetivo nunca se aplica a una persona. Solo se utiliza para describir a Dios. De hecho, en Éxodo 34:14, esta palabra es parte del nombre de Dios (“el Señor cuyo nombre es celoso”). Lo que sabemos sobre los nombramientos en las culturas semitas debería hacernos gemir cuando leemos esto. El celo es un atributo esencial del Señor.

Si no te tomas un poco de tiempo para reflexionar sobre el significado de esto, simplemente no comprenderás cuan serio es el derecho que Dios tiene sobre nosotros. Y probablemente no comprenderás porque Él exige devoción exclusiva, ni porque espera que nuestros matrimonios reflejen la misma cualidad. Él celo mora en el centro de quién es Dios.

Ya sé. Tú y yo hemos sido entrenados a creer que el corazón de Dios es un corazón de amor. Como tenemos una definición de amor difusa, egocéntrica y posesiva, tendemos a imaginar que Dios es un tipo de Padre siempre-perdonador, generoso y bueno, quién ignora los errores y rebeliones de Sus hijos, que sostiene Su respiración hasta que dejemos de actuar como idiotas y regresemos a Su cuidado.

Lo siento. Eso no es lo que nos dice la Escritura. Si uno de los nombres de Dios es celoso, lo mejor es que nos aseguremos que tenemos muy clara esta imagen antes de seguir actuando como si nuestro comportamiento es irrelevante.

La otra cara del amor es la ira. Los dos se unen. Dios es compasivo. Lo dice Él (Éxodo 34:6). Ese es el primer atributo de Su auto-identificación. Pero no es el único. También es tremendamente posesivo de lo que le pertenece. No tolerará duplicidad ni intenciones engañosas. Nunca aceptará el adulterio espiritual. Tú y yo le pertenecemos y nunca permitirá que divaguemos en nuestros afectos hacia otro.

Él nos posee. No permitirá que huyamos. Cualquier evangelio de amor, gracia y perdón que no incluya posesión, celo y fidelidad es como una ceremonia de matrimonio a la que asiste la amante.

¿Qué significa para nosotros? A fin de cuentas, todos sabemos que Dios exige exclusividad en adoración y no ofrecemos libaciones a ídolos. ¡Espera! Mira de nuevo. Cuando Dios se describe como Dios celoso, frecuentemente asocia los comportamientos de infidelidad con el servicio a dioses falsos. Pero no debemos pensar en esto como inclinarnos en algún rito pagano.

Es el equivalente a cortar pacto con un dios falso. En otras palabras, permitimos que el dios falso dicte los términos de nuestra vida. La adoración al dios falso puede disfrazarse en la manera en que trabajamos. Si no dedicamos nuestros esfuerzos y tiempo según Sus mandamientos, entonces atendemos amantes. Gráficamente hablando, mantenemos amoríos con otro amante, provocando el celo de Dios.

Ahora comienza a instalarse. Si lo que haces en este mundo no es lo que Dios te dijo que hicieses, entonces probablemente sirves a otro dios. Puede ser el dios de la seguridad o prosperidad, del placer o la pasión, pero no será YHWH elokeikha, pues él no tolera rivales. Quizás es el momento de ver seriamente tu trabajo, tus prioridades y tus planes. ¿Son el resultado de escuchar al Rey y servirle solo a Él?

Autor: Dr. Skip Moen.
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