Caminaba por las calles estrechas de mi ciudad natal en medio de la noche.  Llovía y las gotas de lluvia que caían sobre mi rostro se confundían con mis lágrimas. En mi juventud me sentía solo, dos intentos de suicidio eran el resultado de las situaciones difíciles que estaba viviendo.  Sentía que mi vida cristiana era un fracaso. No sabía que estaba viviendo una etapa importante de crecimiento en mi trayectoria con el Señor.

La belleza de la vida cristiana está en el desarrollo de la misma. La vida es el interesante proceso que trae lo que es el crecimiento en todas las áreas de nuestra existencia.

El proceso de formación en la vida cristiana tiene cuatro etapas.

Encontramos las cuatro etapas determinantes del proceso de la vida el día que el Señor Jesús compartió con sus Discípulos el Pan y el Vino.

MATEO 26:26                  LUCAS 24:30
Jesús tomó…..bendijo……partió…y…dio.
El Señor primero nos toma y luego nos bendice.
Dios no bendice lo que primero no toma.
Dios parte lo que él bendice. Él no parte lo que primero no bendice.
Todo lo que él parte lo comparte pero Dios no  no da lo que primero no parte.

EL SEÑOR PRIMERO NOS TOMA.

TOMAR: Del Griego Lambano: Que quiere decir:  Recibir..Tomar. Tomar con la mano para usar. Tomar una cosa para ser llevada. Tomar sin violencia. Remover. Tomar lo que es de uno- hacerlo de uno y no dejarlo ir. Reclamar. Tomar posesión- apropiarse. Recibir sin rechazar. Escoger.

Jesús nos buscó primero y nos tomó. No fuimos nosotros, fue él.

Jesús nos ama tanto que nos reclama.  Por eso en Lucas 15:3-7 nos muestra la parábola del pastor que dejo 99 para buscar la oveja 100.

Jesús nos ama tanto que nos valora. En Lucas 15:8-10 nos lo demuestra con la parábola de la mujer que perdió una moneda y barrió toda la casa para encontrarla.

Jesús nos ama tanto que nos perdona. Lo expresó en Lucas 15:11-32 con la parábola del Hijo pródigo.

Jesús nos ama tanto que nos selló- Efesios 4:30 nos lo dice que nos selló con su Espíritu.

A Mateo lo tomó detrás de la mesa de cobro de tributos. A Zaqueo lo tomó de un árbol. A la Samaritana la tomó a la orilla de un pozo. A Abraham lo tomó de la casa de su padre. A Pedro lo tomó en la orilla del mar. A Pablo lo tomó camino de Damasco.

y ¿a ti? ¿De donde te tomó?. Nosotros sabemos muy bien de donde Dios nos tomó en su misericordia. Él nos toma con propósito.

EL SEÑOR NOS BENDICE…..PERO NO BENDICE  LO QUE PRIMERO NO TOMA.

BENDECIR: Del Griego: “Eulogeo”. Bendecir- Celebrar con alabanzas. Invocar bendiciones. Consagrar una cosa con solemnes oraciones. Pedir una bendición de Dios sobre algo. -Hacer que algo prospere. -Hacer feliz.

Rompamos la costumbre de sólo pedir bendiciones sin disfrutar lo que  ya tenemos.
Pablo nos dice lo que ya tenemos en Cristo.  Pablo dice Efesios 1:3-14 que somos su herencia, hemos sido adoptados, nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestes, etc.

Pedro nos ratifica lo que ya hemos recibido. “Todas las cosas que pertenecen a esta vida a la piedad, nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia” II Pedro 1:3-10.

La primera vez que tuve una computadora en mis manos, no me imaginaba todo lo que se podría hacer con ella. Gasté meses sólo usando el procesador de Palabras, hasta que mi hijo me mostró que podía hacer muchísimas cosas más que eso.  Muchos no se imaginan todo lo que somos y tenemos en Cristo. Cómo hemos sido bendecidos por él.

La demostración de una vida que comprende las bendiciones recibidas de Dios, se ve en una vida que alaba y bendice y adora genuinamente al Señor.  Pablo desde una cárcel escribe a los filipenses demostrando  su aprecio por todo lo recibido por el Señor.

El Señor tomó a Pablo y lo bendijo.

El Señor tomó a Abraham y lo bendijo: “Te bendeciré y en ti  serán benditas todas las naciones de la tierra”     Una vida que no aprecia las bendiciones recibidas se demuestra por una vida que pide más y más y se queja y lamenta de lo que no recibe.

Nuestra oración ya no debiera estar tan llena de peticiones y debiera ser mas como la oración de Pablo en Efesios 1:15-23.

“Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él; que él alumbre los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la acción de su fuerza poderosa”.

EL SEÑOR TODO LO QUE BENDICE…..ÉL LO PARTE.

PARTIR: Griego: “Klao”. Quebrar…Partir.

Nos gusta mucho lo primero y lo segundo….pero rehusamos lo tercero.

¿Es cierto que Dios nos parte?  ¿Por qué nos parte? Nuestra vida es como una semilla- Dentro de la cáscara dura de nuestro yo se encuentra la vida..la vida de Dios y la vida no puede salir, si la cáscara no es partida.   Juan 12:24-25.

El Señor tomó a su hijo- lo bendijo y lo partió.

El Señor tomó a Pablo, le bendijo y lo partió.

El Señor tomó a Abraham , lo bendijo y lo partió, cuando le pidió su hijo.

Hebreos ll –  Nos gusta la lista con nombres que fueron bendecidos pero nos importa poco a lista de los sin nombre que fueron partidos. Hebreos 11:36-40.

Jamás rehusemos el ser quebrados porque estaremos deteniendo el proceso de maduración y desarrollo. Si rehusamos Dios continuará una y otra vez hasta que al fin nos rindamos su soberana voluntad.

¿Cómo sabemos si alguien no ha permitido que Dios lo parta?  Cuando culpamos a  la gente, las circunstancias, los eventos, el Diablo y a Dios de nuestro dolor y  no miramos la mano del Señor para formarnos.

Dios trata con nosotros es un manera en que quiebra la cáscara pecaminosa  de nuestra alma para liberar nuestro espíritu a fin de que esté bajo el control de su espíritu. Cuando el quebrantamiento ocurre, la belleza, el poder y lo todo lo maravilloso que fue desarrollado dentro de nosotros es revelado.

EL SEÑOR NOS COMPARTE….PERO EL NO COMPARTE LO QUE PRIMERO NO PARTE.

DAR: Griego: “Didomi”.  Dar algo a alguien.  Extender. Dar algo para ser religiosamente observado. Comisionar.

Primero tomó…luego bendijo…después partió y por último dio.

El Señor primero tomó a su hijo, luego lo bendijo, después lo partió y por último nos lo dio como el Cristo resucitado que aún vive y está con nosotros y en nosotros.

El Señor tomó a  Pedro a la orilla del mar, lo bendijo cuando le dijo “Bienaventurado eres Pedro”, lo partió cuando le dijo: “Esta noche me negarás” y por último nos lo dio como un Pedro Nuevo luego de su plática en Juan 21.

El Señor tomó a Pablo, lo bendijo, lo partió en la cárcel y nos lo dio como el Gran Apóstol Pablo.

El Señor tomó a Abraham, lo bendijo, lo partió y por último nos lo dio como el Padre de la Fe.

¿En cuál etapa te encuentras?  ¿Sólo buscas la bendición? Rehúsas el ser partido? Entonces no podrás ser compartido. Nunca sacrifiques lo hermoso de tu interior por conservar intacta la vasija exterior de su existencia.

Dios primero nos toma
Todo lo que él toma lo bendice
Él no bendice lo que primero no toma
De esa manera su palabra lo dice.

Dios todo lo que bendice lo parte
Él no parte lo que primero no bendice
Porque cuando el bendice
Él prepara el camino para lo que él parte.

Dios todo lo que parte lo comparte,
Él no comparte lo que primero no parte.
Porque cuando él te parte
Está pensando luego a quien darte.

La vida es un proceso
Proceso que es divino
Del nacimiento al deceso
Dios nos madura como el buen vino.

Nos gusta que él nos tome,
Festejamos cuando él bendice,
Resistimos cuando él nos parte
Y nos negamos cuando nos comparte.

Detener todo el proceso
Es algo que yo no puedo
Pues él trabaja sin receso
Día a día hasta que quieto quedo.

REFLEXIÓN.

Dios nos ha introducido en su hermoso proceso.

¿En cual de estas etapas nos encontramos?

Este no es un proceso que sucede una sola vez en la vida. Es un ciclo que termina y vuelve a comenzar.

Cada vez que Dios nos va llevar de un ministerio a oro. De una experiencia a otra , de un escalón a otro. Nos vuelve a tomar, nos vuelve a bendecir, nos vuelve a partir y por último nos da.

Que puedas ver con tus ojos espirituales las bendiciones que Dios ya te ha dado, es el deseo de su hermano y amigo.

Dr. Serafín Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com