Hay 3 cosas de muchas que un niño puede enseñar a un adulto y que puede aprovechar en su vida si las aprovecha:

 

1. Ponerse contento sin motivo.

Un adulto debe tener un motivo para estar feliz, un niño no. Cualquier cosa lo hace sonreír y disfrutar.

Si los adultos viviéramos con la misma intensidad que viven los niños, nuestra vida sería tan placentera y feliz, estaríamos menos estresados y frustrados.

Si pudiéramos olvidar tan rápido la frustración, podríamos avanzar más en un día de trabajo.

Si pudiéramos ver con sus ojos la vida, nos daríamos cuenta de que muchas veces estamos perdiéndonos las maravillas que hay a nuestro alrededor.

 

2. A estar siempre ocupado con algo.

Queremos avanzar y no tenemos la capacidad de concentrarnos como lo hace un niño en el juego, perdemos valioso tiempo perezeando. Los niños siempre están ocupados, aunque sea por pequeños tiempos pero siempre utilizan el tiempo al máximo.

 

3. Saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea.

Has visto lo decididos que son los niños cuando piden algo. Nos molesta y los obligamos a que se calmen. Pero si tuviéramos un poquito de su decisión para lograr algo, que montón de cosas hubiéramos alcanzado ya. A  veces necesitamos hacer pataletas y tratar de lograr lo que queremos por todos los medios.