Muchos padres y madres en ocasiones  señalan las conductas de sus hijos como “formas de manipular” o “formas de llamar la atención”. Algunos me comentan, que la forma en que lo manejan es ignorando la conducta o poniendo límites.

Por ejemplo, aquellos que lloran por dolores de estómago, cabeza, piernas, ojos, garganta….. porque no quieren ir a la escuela.

Están los que tienden a pedir todo mediante el llanto; y si lo hacen es porque de verdad en algún momento les funcionó….

Hay algunos que utilizan técnicas que van más al  corazón: “eres mala”, “ya no te quiero”.

Algunos empiezan eventualmente a mostrar conductas inapropiadas en la escuela; aún y cuando nunca las habían mostrado…..

En fin, quizás  usted ya se identificó con alguna de estas escenas, sé que hay muchas más. Sí es cierto que los niños y las niñas  a veces  buscan la manera de obtener lo que quieren…. Al costo que sea, y también es cierto que muchas veces se salen con las suyas.

Sin embargo, hoy quiero hacer una llamada especial sobre algunas situaciones  las cuales  usted SI debe  tomar en consideración y darles una especial atención, ya que podrían estar tratando de comunicarle algo mediante un síntoma; esto porque exista un malestar latente en el niño, o uno manifiesto, pero que no sabe cómo enfrentarlo; cito a continuación algunos casos:

1.    Si después de superada la etapa del control de esfínteres; que va más o menos entre los dos años y medio y los tres años; su hijo (a) empieza a tener deposiciones de eses u orina involuntarias (enuresis y encopresis) ; pueden ser diurnas o nocturnas. Algunos cuando ya están más grandecitos,  empiezan a esconder la ropa  interior sucia por la casa.

2.    Cuando sin razón alguna, aparecen terrores nocturnos. Son episodios en donde el/la niño (a) se ve atormentado con solo la idea de tener que ir a dormir. Las pesadillas son frecuentes y resulta difícil despertarles.

3.    Cuando un niño(a) ante la imposibilidad de resolver un conflicto, termina auto agrediéndose o agrediendo a otros.

4.    Si por ejemplo empieza a mostrar conductas de aislamiento. No quiere salir de la casa, no quiere separarse de una o de ambas figuras parentales.  En reuniones sociales  interactúa poco, se le nota ansioso(a) y pide constantemente que se retiren.

5.    Temor a estar solos o a la oscuridad. Experimentan la necesidad de estar  siempre donde este mamá o papá.

6.    Cuando se rehúsan  ser cuidados por una persona que antes les cuidaba; sea quien sea, familiar, niñera, amistad… El niño(a) experimenta una gran angustia y temor.

7.    Cuando después de haber pasado la etapa de adaptación al kinder o a la escuela,  se niegan a asistir; manifiestan temor o angustia de separación de los padres.

8.    Aparición de conductas obsesivas: pueden ser de limpieza, alimentos, rutinas. Se vuelven poco flexibles  o manifiestan temor ante los cambios.

9.    Cuando hay aparición de fobias: a animales, fenómenos atmosféricos o naturales, etc.  No toleran el acercamiento, perciben un peligro extremo y es difícil hacerles entrar en razón de que es irreal o que no es peligroso.

Hago el señalamiento de  que estas conductas se dan de un momento a otro. Eventualmente, algunas pudieron  haber sido etapas superadas y por alguna razón el niño(a) hace una regresión, otras solamente aparecieron y su intensidad se va incrementando con el pasar del tiempo.

La familia puede verse muy afectada, pues  estas situaciones generalmente no se resuelven  fácilmente; afecta por ejemplo  cuando hay salidas familiares y estás se ven interrumpidas por algunos de los síntomas que cite anteriormente. Se pueden generar inclusive roces entre los hermanos pues  los otros se perciben afectados cuando pierden privilegios por la crisis de uno.

Se percibe un ambiente de  angustia y  ansiedad. Pueden empezar a generarse crisis frecuentes e inclusive que se empiecen a formar alianzas: quien apoya a chico(a) con el síntoma, contra los que lo ven como una manipulación  o un mal manejo.

Ante estas situaciones es importante que usted  realice un abordaje integral:

1-    Busque  la guianza de Dios. Acérquese a Él y permita que sea Él quien le indique el camino. Ore a Dios porque sea Él quien ponga a las personas necesarias para poder superar la situación.

2-    Busque ayuda de un  psicólogo(a) que pueda trabajar con el niño(a) y también con la familia. Siempre que hay una situación en un niño(a) se debe también trabajar con TODA la familia.

3-    Si fuese necesario, consulte también a un médico por si existieran síntomas físicos que se puedan tratar para eliminar el sufrimiento.

4-    Trabaje por su parte la comunicación. Trate de fomentar espacios para compartir, para conversar.

5–    Si su hijo(a) experimenta  junto al síntoma, angustia, ansiedad, hiper excitabilidad o hiperactividad; practique algunas técnicas de relajación como el masaje corporal, escuchar música tranquila, la aromaterapia.

Recuerde que tratar de resolver estas u otras situaciones a tiempo pueden ahorrarle mucho sufrimiento a la familia. Dios quiere que estemos bien. Trate de revisar que se está comunicando a través de la crisis y enfréntelo  a tiempo. Que Dios le bendiga.

Hasta entonces!

Licda. Tatiana Carrillo Gamboa.
Psicóloga – Psicopedagoga