Para todos nosotros que no hemos sido afligidos por alguna mala fortuna en cuanto a enfermedades o accidentes, nuestras escogencias generalmente determinan nuestros éxitos en la vida.  Cada nuevo día nos presenta nuevos desafíos, oportunidades y posibilidades.  Depende de nosotros qué opciones escogemos; depende de nosotros cuán inteligentemente tomemos nuestras alternativas.  Pudiera también agregar que una decisión de no actuar es una decisión tan válida como una decisión deliberada de actuar.

Escogemos opciones constantemente.  Son nuestras decisiones y debemos reconocerlas como tales.  Escogemos nuestras acciones y nuestras no-acciones, nuestras creencias y no-creencias, de la misma manera que escogemos la ropa que usamos ó los libros que leemos.  En la compilación de las escogencias de la vida, hay una abundancia de experiencias de las que extraer significado.  En el tiempo, nuestras acciones y creencias nos mueven en la dirección que escogemos ir.  Todos esperamos que crezcamos al hacer las escogencias correctas de manera consistente, mientras aprendemos de las malas escogencias.

El proceso de aprendizaje para tomar buenas decisiones es el corazón del crecimiento.  Al crecer, la vida nos presenta desafíos nuevos y excitantes entre los cuales escoger.  Si fracasamos, la vida continúa dándonos más oportunidades para logros ó fracasos.  Así que, hagámonos las preguntas correctas al considerar nuestras alternativas y escogeremos las respuestas correctas.  Al ir por la vida, hallaremos que nuestras escogencias tienen un impacto definitivo en nosotros, así que necesitaremos tomarlas con cuidado.

Nuestro mismo ser está siendo determinado por nuestras escogencias.

Pidamos la guía y cuidado de Dios durante nuestra travesía.  Tengamos fe y confiemos en Él en cuanto a nuestras escogencias.  Busquemos Su sabiduría y tengamos el valor de perseverar cuando el camino sea difícil.  Peros siempre recordemos que sólo nosotros tenemos la libertad y la responsabilidad de determinar nuestra estación en la vida.

Bob Stoess, copyright 2012

Fuente: www.motivateus.com

La reflexión de hoy, de la pluma de un Gerente General jubilado, refleja algo de la sabiduría aprendida a lo largo de una vida… y en última instancia tiene que ver con nuestra responsabilidad moral ante el libre albedrío que Dios nos ha concedido.  Jamás serán las circunstancias externas por sí mismas las que determinen nuestro destino… más bien, ¡siempre serán nuestras decisiones las que lo hagan!  Interesante reflexión de que aunque fracasemos en un momento, la vida—en realidad Dios que nos ama—nos dará nuevas oportunidades para intentarlo de nuevo.  Si bien el mundo nos bombardea con mensajes que implican que la oportunidad sólo toca a la puerta una vez, Dios se constituye en el garante de nuevas oportunidades y bendiciones cada mañana.  Tan sólo depende de nosotros acercarnos a Él, alinearnos con Sus propósitos y avanzar a conquistar nuestros mañanas.  Adelante y que el Señor les continúe bendiciendo.

Raúl Irigoyen

El Pensamiento Del Capellán.