¿Cuándo fue la última vez que conversó realmente con su hijo, cara a cara, sin televisión, música o computadora de fondo?  El “sentarse juntos” que permitía crear lazos entre padres e hijos puede ser un reto en la era electrónica.  Aquí hay algunas sugerencias:

Las expresiones faciales cuentan historias: a pesar de que los correos electrónicos y las llamadas telefónicas son formas importantes de mantenerse en contacto, asegúrese de tener también tiempo “cara a cara” cada día. Es importante ver las expresiones faciales de su hijo para comprender lo que nos dicen y como se sienten.

El lenguaje corporal es vital: el observar el lenguaje corporal de su hijo es una excelente forma de descifrar algunas de las cosas que podría estar pensando, pero que no dice. Por ejemplo, ¿mira hacia otro lado cuando le pregunta cómo le va en algún proyecto? O, ¿se cruza de brazos de manera desafiante cuando describe una situación con la cual tuvo que tratar en la escuela? Al conversar a solas, sin distracciones, usted puede establecer una conexión más cercana y mantenerse al tanto de lo que pasa en su mundo.

¿Está escuchando?
Tener múltiples actividades se ha convertido en una forma de vida. Si usted está tecleando constantemente en su computador, escribiendo una nota, o haciendo la cena mientras su hijo trata de decirle algo, después de un rato ellos pueden empezar a decirle cada vez menos y menos hasta que usted pierda lo que pudo haber sido una buena comunicación entre ambos.  Haga un alto en sus tareas y escuche cuando ellos le estén conversando.

Enséñeles a sus hijos a escuchar: Cuando necesite conversar con sus hijos, asegúrese de que sepan como escuchar realmente. Apague la televisión y haga contacto visual. Si usted necesita que ellos recuerden lo que les está diciendo, haga que ellos se lo repitan.

Esté ahí para ellos: ¿Está su mente en alguna otra parte cuando está en las graderías en un partido de su hijo, o en una banca en una visita juntos al parquet?  Cuando está hablando en el teléfono celular o hacienda algún trabajo, su hijo está consciente de lo que usted está haciendo.

Los niños cuyos padres asisten a verlos actuar o jugar, pueden sentirse defraudados cuando vean que sus padres no están atentos. Una llamada rápida o reportarse está bien, pero recuerde que fue lo que le motivo a ir al partido o al parque en primer lugar.

Las notas traen sonrisas: no toma demasiado tiempo o esfuerzo dejar una nota de aliento en el salveque o el almuerzo de su hijo.  Ellos apreciarán ese detalle.

Los paseos en automóvil son grandiosos: no encienda la radio, trate de conversar.  Puede que su hijo sea más abierto y esté dispuesto a conversar en el automóvil, cuando no esté nadie más cerca que pueda escuchar la conversación, y donde no tenga que establecer contacto visual.  Otra ventaja de las conversaciones en los autos es el límite de tiempo y los niños saben que terminará cuando ellos salgan del auto.

La habilidad de conversar sencilla y frecuentemente con sus hijos, y que ambos estén realmente escuchando, es una gran ventaja.  Una gran parte de ser padre es ofrecer ayuda y consejo – y usted necesita saber lo que está sucediendo en sus vidas para poder hacerlo. Además, hay algo maravillosamente reconfortante para todos, el solo hecho de saber que está justamente uno al lado del otro.

Fuente: Kenneth Madriz, Juventud Online

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