“Tu gracia me sustenta hora a hora desde la salida del sol hasta el anochecer y aún mientras duermo ella destila sobre mi espíritu como el dulce rocío que cae de tu mano. Hoy aprendo que disfrutando de tus misericordias y tu consolación las cargas vienen a ser una bendición y las dificultades como alas. Gracias Señor”. Serafín Contreras G.