“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” Hebreos 11:1.

Cuantas veces he mal entendido lo que es realmente la fe.   He pensado en la fe como algo que yo mismo produzco por mi esfuerzo, cuando en realidad la Biblia dice que la fe viene de Dios.  Es él quien siembra la fe en mi corazón y luego de sembrar esa fe, la circunstancia se presenta como el terreno apropiado para que germine la potencialidad de Dios es todo su esplendor.  Necesito entender este principio para vivir en la certeza de lo que se espera.

Si yo tengo un hijo enfermo, yo no se nada de medicina, pero lo que hago es llamar al doctor y poner la vida de mi hijo en las manos de ese Doctor.  Cuando lo llevo al Doctor hay en mi una seguridad de que el médico tiene el suficiente conocimiento para manejar ese problema y no voy a interferir en ese trabajo, solo me siento a esperar y tengo la certeza de que sus conocimientos arrojarán luz sobre ese problema.  Pues , con mucha más razón debo manejar las cosas espirituales con certeza sabiendo que el Creador tiene toda la sabiduría necesaria para resolver los más grandes conflictos de la vida.

La certeza que viene de la fe que Dios da, viene al entender que Dios realmente es el creador de todo y que nada escapa de su mano.  Su poder es sin igual y grande.  Hoy debo confiar en Dios en el tiempo de la turbación y de la tempestad.  Necesito confiar con él con toda mi alma hasta el último día de mi vida y dejar que la certeza germine hacía lo que se espera.  El Señor es el Dios de la esperanza y en él yo esperaré.

Señor.  Gracias por ser el Señor de la esperanza.  En medio de un mundo lleno de desesperanza hoy quiero descansar plenamente en ti y dejar que la certeza que viene de ti, pueda germinar hacía lo que se espera.  Cuán grande es la esperanza que viene de tu mano.  Fortaleza y Gracia vienen de ti. Amén.

Dr. Serafín Contreras Galeano.
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