comunicación FamiliarLa  buena o mala relación entre padres/madres, hijos /hijas son el resultado de un proceso de comunicación; las relaciones familiares dependen de lo que se dice, cómo se dice, del tono de la voz, de la claridad del mensaje, de los gestos que acompañaron las palabras y por supuesto de  todas las percepciones que de ahí se formen.

Los problemas de comunicación en la familia tienen raíces muy profundas; desde resentimientos, reclamos que nunca se hicieron pero que en la memoria sentimental están presentes.

Los niños y niñas aprenden a comunicarse en la  interacción de la familia. Es ésta la que favorece el aprendizaje  de la comunicación cuando se demuestra y se aceptan los sentimientos y pensamientos de cada miembro de la familia. El estilo o la forma que  emplee el niño/a con más frecuencia, lo aprenderá de su ambiente familiar. Sin embrago,  existen  dinámicas familiares que no fomentan esta capacidad sino que más bien son un  albergue para las dificultades de comunicación. Por ejemplo:

“Callar es mejor”
“Si hablo, se empeoran los problemas”
“No le haga caso, cuando el/ella esta enojado (a) no sabe ni lo que dice”
“Yo fui quien provocó su enojo, si no me hubiera puesto de insistente tal vez no se hubiera enojado tanto, es mi culpa”
“Le cuento lo que pasó pero su papá/mamá no se puede dar cuenta”
“No dije nada porque igual no me ponen atención”

Todos estos son estilos de comunicación muy comunes en las familias. Hay una  lucha por mantener “secretos” que al final de cuentas son secretos a voces porque, aunque nadie habla del tema, todos lo saben.

Existen también alianzas familiares. Por ejemplo la alianza de una madre con su hijo que se unen para  enfrentar a la hija y al papá en temas de la casa; todo porque la relación de pareja no anda bien y sienten la necesidad de buscar en los hijos quien les apoye en la toma de decisiones. Lamentablemente, son los hijos los que quedan atrapados en esta peligrosa dinámica. Aquí la ruptura de la comunicación en la pareja extiende sus síntomas a los hijos. En algún momento, los hijos pueden experimentar sentimientos contrarios hacia el padre/madre, pueden llegan a verlos como rivales o, en el otro extremo llegan en algún momento a tener sentimientos de  culpa. Me contaba un amigo que durante dos años no le dirigió palabra alguna a su  padre, esto porque su madre  día tras día le contaba todos los conflictos que como pareja tenían, sus sospechas de infidelidad, las dificultades económicas, las peleas, los reclamos. Llegó el momento en que por la presión que sentía y por el sentimiento de  enojo, decide distanciarse de su papá. Años después siente la necesidad de acercase a su padre y conocer la  parte de la historia que  él nunca conoció. Mi amigo tuvo la  fuerza y el amor necesario para perdonar a ambos, sin embargo, en algún momento le reclamó a su madre que por la forma en la que ella había manejado la situación él se había perdido de dos años de vivencias con su padre.

No quiero decir con este ejemplo que  nos tengamos que mantener en reserva las dificultades que tengamos como pareja y como familia. Sino que más bien, tengamos la precaución de no generar sentimientos y conflictos  mayores. Recuerde que sus hijos/hijas no pueden ser sus consejeros matrimoniales. En tal caso, busque ayuda de algún terapeuta o consejero familiar, alguien que pueda mantener su subjetividad.

Existe también un tipo de comunicación que cuál  veneno en la sangre; llega rápidamente a todo el cuerpo y puede llegar a paralizar las emociones:  la descalificación  o la desconfirmación.

¡Qué triste es estar con una persona que constantemente te desconforma!  Personas  que esperan atentas el tropiezo, la falla; para correr a ponerla en evidencia. Esto es una agresión emocional.

La persona que vive bajo este tipo de relación, probablemente siempre tenga un sentimiento de falta y experimente constantemente el temor de ser inclusive expuesta ante otros como la inútil, la que no sirve para nada, la que todo lo hace mal…. Lo más triste es que, es probable que  después de mucho tiempo de estar sometida a esta tipo de relación, la persona llega a creérselo. Hablamos entonces  de personas por supuesto con baja autoestima, con escaso sentimiento de logro y con poca confianza en sí misma.

Probablemente, este estilo de comunicación que muchas personas utilizan, data de  su aprendizaje en  familia. En un ambiente  familiar en donde el padre trate con desconfirmación a su pareja, lógicamente los hijos/as al estar expuestos a esto, en algún momento puedan llegar a reproducir con sus parejas y con sus hijos sus estilos.

La palabra de Dios dice que en él somos nuevas criaturas. Usted, no tiene porque creer que las cosas son así y que a cómo usted aprendió, así deben aprender los suyos. Dios en su infinito amor, le esta llevando a leer esta líneas para que usted pueda efectuar cambios que bendigan la relación en su familia. Dios no quiere que nos sintamos mal; no creo  en ese dicho que muchas personas utilizan para respaldar o reforzar el  maltrato: “esta es la cruz que Dios me dio para llevar”. No,  Él llevó la cruz; por usted y por mi. Él quiere que usted y yo estemos bien.  No avale  la agresión de ningún tipo.

Existen otros tipos de comunicación inadecuada que también son muy comunes:

•    El complaciente que siempre quiere quedar bien con todos…. Esto es imposible. Se puede acompañar de un tono de voz nervioso,  de una postura no clara, puede develar fragilidad.
•    Padres y madres que se comunican con sus hijos e hijas asumiendo actitudes  que provocan sentimientos de culpa: “Bueno anda, yo aquí me voy a quedar solita(o) esperándote” “Y quién me va a acompañar a mi”
•    Los de doble mensaje: quiero que seas un buen hombre- mujer, por eso te pego.

Cuando quiera establecer un límite con su hijo/hija, puede utilizar estos tres pasos que favorecen la comunicación y que a la ves fortalece el vínculo:
1.    Señale la falta: sin mucho adorno. “No me gusto que te tiraras en el suelo en el supermercado”
2.    Hable del sentimiento: “Me sentí mal y avergonzada porque no me escuchaste.
3.    Proponga: la próxima ves… proponga una solución  y una consecuencia

Este es un ejemplo muy simple de comunicación clara entre padres e hijos. Evite hacerlo cuando  estén enojados o mientras haya un berrinche. En esos momentos la comunicación puede ser  cortada por el enojo o la irracionalidad.

Cuando sea por una situación de pareja que necesite comunicar, puede recurrir a :

1.    La carta de amor:  siéntese y piense. Escriba una carta siguiendo los pasos anteriores: hable de lo que le molesta, qué es lo que siente y que propone.
2.    Cuando no se logran poner de acuerdo. Siéntense y escriban cada uno que es negociable  y que no es negociable. Convérsenlo
3.    Como pareja es importante buscar espacios neutros. Si tienen algún tema importante, salgan a cenar y lo dialogan.

Dios bendiga su familia.

Hasta entonces!

Licda. Tatiana Carrillo Gamboa.
Psicóloga y psicopedagoga.