La Biblia califica a la muerte como un enemigo.  Entonces, pasar por la experiencia de perder a un ser querido no es algo agradable, aunque el creyente tiene esperanza.

Recién convertida pensaba que por tener la confianza de que al morir, quienes hayan recibido en vida a Jesucristo como Señor y Salvador y se hayan convertido a Él, irán con Él y donde Él esté, estarán ellos, no tenía derecho a sentirme triste y ante la pérdida de algunos seres queridos básicamente luché contra mis emociones.

Sin embargo, ahora he comprendido que la Palabra dice que no estemos tristes como los que no tienen esperanza… no dice que no estemos tristes, sino que tenemos una esperanza que nos consolará ante la muerte de un ser querido  (1 Tesalonicenses. 4:13-18)

La prueba quizá más difícil de nuestra fe puede presentarse precisamente ante la muerte de un ser amado… y es aquí donde la certeza de la salvación se vuelve nuestro consuelo.

Uno de mis versos favoritos para esta situación está en Juan 14:1-2, donde el Señor nos dice que hay muchas moradas en casa de su Padre y que si así no fuera Él nos lo habría dicho.

Es muy bueno rodearnos de estas escrituras que nos hablan de la vida eterna, de nuestra morada al lado del Señor, de esa realidad de un futuro glorioso para los creyentes, para enfrentar el luto.

Es natural pasar por procesos de negación, de enojo contra el ser que falleció y aún contra Dios, sentimientos de soledad, de abandono y también de fracaso.  No debemos dejar que el enemigo nos engañe con la culpa.

A veces nos asaltan pensamientos como: pude haber hecho más, debí de haber hecho tal o cual… entreguemos todos estos sentimientos al Señor y dejemos que a través de Su Palabra, Su amor, alabanzas y tiempos con Él nuestro corazón sea consolado.  No nos presionemos, lloremos cuando sintamos esa necesidad pero busquemos los brazos amorosos de nuestro Padre para no hundirnos en la depresión…. ¡porque tenemos esperanza!!

Cuando estamos en comunión con Dios, cantando alabanzas, nuestro corazón se eleva y sentimos la necesidad de estar ya con Él, de mirarlo, de abrazarlo… y, es hermoso consuelo recordar que esos seres amados que lo aceptaron ya están allí, gozando de esa maravillosa presencia y de su paz!!!  Allí ya no habrá separaciones, ni dolor, no habrá adiós y estaremos siempre juntos con Él… tenemos un futuro después de la muerte!!!

Salmo 30:5  Por la noche durará el lloro y a la mañana vendrá la alegría.

Escrituras que sugiero para reforzar en tiempo de luto nuestra fe: Juan 3:16;   1 Corintios 15:3-25; 42-43; 51-58;  1 Tes 4:13-18; 5:9,11;  2 Cor. 4:7-14; 16-5:10; Hebreos 13:14; Job 19:25-27ª; Apocalipsis 21:4; Isaías 25:8-9

Pastora Rosa Amelia Díaz
CENTRO CRISTIANO VIDA ABUNDANTE