“Un día, mientras Jesús enseñaba al pueblo en el templo y les predicaba el evangelio, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, junto con los ancianos.2 —Dinos con qué autoridad haces esto —lo interrogaron—. ¿Quién te dio esa autoridad?” Lucas 20.1_2

Jesús esta enseñando y predicando “Las Buenas Nuevas” públicamente para que todos oigan. Como siempre, el desea verlos aliviados de sus circunstancias actuales. Su Corazón de parte por ellos cuando los ve en dolor.

Él los busca cuando los ve perdidos. Y con la esperanza de ayudarles, Él se sienta con ellos y les habla de las Buenas Nuevas.

¿Qué son estas buenas nuevas?

Las buenas nuevas son que hay esperanza y que Él es esa esperanza. Algunos responden bien y reciben la respuesta que se les ofrece. Otros responden de la manera mostrada en el versículo.

No es interesante que la primera cosa que ellos dicen, mas bien que demandan, es saber “¿con qué autoridad haces esto?”. Ellos quieren saber quien le dijo a Jesús que Él podía esparcir esperanza y buenas nuevas.

¿Quién le dio el “derecho” de ayudar a la gente y cambiar sus vidas para su bien?.

Aquí estaba el problema…. “los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, junto con los ancianos” tenían la responsabilidad de liderar a la gente y enseñarles. Ese era su trabajo. Ellos, sin embargo, no estaban haciendo lo que tenían que estar haciendo. Ellos estaban guiando a la gente a alejarse del Señor. Ellos eran orgullosos y tomaron comodidad en sus posiciones. A ellos les gustaba estar al mando y tener la Gloria, no tener la responsabilidad de guiar la gente. Ellos se olvidaron, o tal vez, nunca se dieron cuenta, para que era que estaban allí.

¿Se te ha olvidado a ti para que estas aquí?

Estas aquí para amar a Dios y amar a los demás. Estas aquí para traer las Buenas Nuevas a todos, especialmente a aquellos que están perdidos  heridos.

¿Estás haciendo esto?

¿O has encontrado comodidad en tu posición o en tu título?

¿Te has convertido en un holgazán en tu búsqueda y en vez de traer esperanza, propagas tu propio orgullo desesperanzado?

Si lo has hecho, y si lo haces, oro para que Dios mande a alguien con un corazón como el de Cristo y que auxilie a las personas que se han perdido por nuestro ego y mal aconsejar. Oro para que alguien venga a aquellos a nuestro alrededor y hable las Buenas Nuevas, que si hay Esperanza.

Oro para que esta semana, intentemos ser portadores de Buenas Nuevas en vez de obstaculizar  las Buenas Nuevas.

Robert VanDer Meer
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