En el matrimonio encontramos mucho deterioro en las relaciones por no saber reaccionar a aquello que ha disparado nuestro enojo. La mayoría de matrimonios desesperadamente dan estos cuatro destructivos pasos en medio del enojo.

1.- Aislamiento del cónyuge. Creemos que el aislamiento es la mejor arma, pero en realidad lo que hace es complicar el ambiente, ya que aumenta la brecha de separación. Una cosa es decir: ¡Dame tiempo, necesito procesar todo y cuando crea conveniente reanudamos el diálogo!, lo cual es válido y otra es simplemente aislarnos.

2.- Incremento y apasionamiento de las disputas. Nos cuesta manejar las emociones y dejamos que la pasión, el fuego y las chispas quemen las buenas relaciones y en cenizas jamás podremos resolver los conflictos.

3.- Disminuir o agredir verbalmente al cónyuge. Ya hemos hablado anteriormente de el abuso verbal, pero necesitamos comprender que en los momentos de conflicto debemos concentrarnos en los hechos, sin agredir a la persona. Podemos decir cosas como estas: “Me molesta cuando dice tal cosa” y otra cosa es decir: “ Es que tú eres un o una ….”. En este segundo caso estaríamos agrediendo a la persona y eso distorsiona absolutamente toda la imagen de lo que venimos confrontando.

4.- Creencias negativas y venenosas hacia el cónyuge. El peor paso que crearía un desajuste doloroso, es permitir en medio del conflicto que creencias negativas y llenas de veneno contaminen nuestro pensamiento. Todos somos humanos y por consiguiente con defectos en nuestra vida. Si en medio del enojo me concentró sólo en lo negativo del cónyuge, el abismo entre los dos se acrecentará.

“ Abre el ojo y te ahorrarás el enojo” Anónimo.