“ El ser fructífero es el efecto de la bendición de Dios y debe siempre estar adscrita a esto.

Así como la multiplicación de los peces, la multiplicación en nuestra vida es todavía el fruto de su bendición.

Cuando veamos que nuestra vida da fruto, démosle a Él la Gloria por el beneficio de su bendición”.

Serafín Contreras G.