Este mensaje lo llevaba Ted Williams, un hombre  que vivía en las calles  y pedía $1 dólar para que escucharán su voz.  Hoy en día es locutor de una radio y su historia está dando la vuelta al mundo. Hoy vive feliz y agradecido con Dios por su infinita misericordia.

La misericordia de Dios nunca disminuye con el desánimo, la irritación o el tiempo. La Biblia dice que donde el pecado abunda, la gracia abunda mucho más. (Romanos 5.20)