“ Nuestro gran deseo es que sigan amando a los demás mientras tengan vida, para asegurarse de que lo que esperan se hará realidad. 12 Entonces, no se volverán torpes ni indiferentes espiritualmente…”

Hebreos 6.11-12

Uno de los problemas obvios con la manera en que la iglesia es “hecha”, y al decir hecha me refiero a la porción hecha por el hombre, es que no es y nunca será perfecta. Después de graduarme de la Universidad Cristiana era un hábil crítico de la iglesia y de cada sermón que escuchaba. Es tan fácil ser crítico. Es por eso que hay tantos críticos alrededor. Cuando se trata sobre la iglesia, algunos de nosotros comunicamos externamente lo que no nos gusta o no aprobamos, y otros se callan su opinión. De cualquier manera, hay un gran grupo de personas que esta aburrida de la iglesia. Ya no tiene el mismo interés y entusiasmo que una vez tuvo. Cuando la iglesia pierde su sabor, qué hacemos? Algunos se enfrascan en teología, otros sienten que deben ser mas espirituales, otros critican al pastor y otros simplemente se van.

Te puedo garantizar que este no es un problema nuevo. Desde el inicio del tiempo, la gente ha tenido la tendencia natural de inclinarse hacia la monotonía espiritual. Es fácil para nosotros el perder el rumbo y olvidarnos de la verdadera importancia de las cosas. Mira al versículo mencionado; comienza diciendo que si continuamos amándonos los unos a los otros entonces no nos volveremos torpes e indiferentes espiritualmente. El amar a los demás en efecto, mantendrá el vigor infundido en su vida como cristiano. Entonces, podríamos decir que lo contrario es cierto; si dejan de amar a los demás, comenzarán a sentir la torpeza e indiferencia hacia Dios y su vida espiritual. Este pasaje sirve de instrucción, ánimo y un poco de disciplina.

Cómo te sientes hacia las cosas cristianas? Estas cansado de la iglesia? Después de cada servicio y sermón del domingo, estas encontrando señalar lo negativo? Tu tiempo con Dios, ha perdido el entusiasmo y emoción?

Hoy, piensa sobre esto…deja de culpar a la iglesia, a tu pastor, a tu cónyuge, a la traducción de tu Biblia o tu agenda por tu torpeza e indiferencia espiritual. En cambio, comienza a amar a los que te rodean, como elección y no como sentimiento. Comienza a involucrarte positivamente en la vida de los demás. Al amar a la gente es que tendrás esperanza encontrada y no te aburrirás tanto.

 

Robert & Rebecca Vander Meer

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