Las personas sin hogar tienen una vida muy dura. Y si tienes hijos que cuidar, más todavía. Angel estaba en esa situación, necesitaba ayuda desesperadamente. Por esa razón, un programa de TV la escogió para ser objeto de un emotivo experimento. Ella tuvo que enseñarle a un empleado nuevo cómo funcionaban las cosas en la tienda comercial en donde trabaja. Lo que no sabía era que ese aprendiz era nada menos que el dueño de la compañía, y que luego de conocerla, él cambiaría su vida por completo: