El anhelo de ser usado por Dios

¿Alguna vez has sentido ese susurro en el corazón que dice: “Señor, úsame”? Ese deseo profundo de ser más que un espectador y convertirte en protagonista en los planes de Dios. Este anhelo no es casualidad: es una invitación divina a vivir con propósito.

Convertirse en un instrumento de Dios significa estar dispuesto, disponible y moldeable. No se trata de perfección, sino de entrega. Y hoy quiero compartirte una historia que me marcó y me hizo entender cuán poderoso es el plan que Dios tiene para cada uno de nosotros.


La parábola de los tres árboles

En una colina crecían tres árboles con sueños distintos. El primero deseaba ser un cofre precioso, el segundo un gran barco, y el tercero quería crecer hasta tocar el cielo.

Un día, unos leñadores llegaron y los talaron. Los sueños de los árboles parecían truncados:

  • El primero terminó como pesebre para animales.
  • El segundo como bote de pesca.
  • El tercero fue cortado en vigas y arrojado a un almacén.

Pero Dios tenía otros planes:

  • Aquel pesebre fue el lugar donde nació Jesús.
  • Ese bote llevó a Jesús a predicar y calmar tormentas.
  • Y las vigas se convirtieron en la cruz donde Cristo entregó su vida por la humanidad.

“Dios no desperdicia nada. Él transforma lo simple en sagrado.”


Tú también puedes ser ese instrumento

Dios aún busca corazones dispuestos. Personas comunes que digan: “Aquí estoy, Señor. Úsame.” No necesitas títulos, riqueza o fama. Solo fe y obediencia.

¿Cómo puedes ser un instrumento útil en sus manos?

  1. Ríndete completamente. No pongas condiciones. Dios obra con total libertad en corazones entregados.
  2. Busca intimidad con Él. La oración y la Palabra te alinean a Su voz.
  3. Sé fiel en lo pequeño. Lo ordinario, en manos de Dios, se vuelve extraordinario.
  4. Permite ser moldeado. El proceso a veces duele, pero es necesario.
  5. Actúa con propósito. Cada decisión puede reflejar el amor de Cristo.

Un testimonio personal: Mi oración fue respondida

Recuerdo una etapa de mi vida donde me sentía inútil. Oraba cada noche diciendo: “Señor, solo quiero ser un instrumento en tus manos.” Pasaron semanas sin respuesta aparente. Hasta que un amigo me pidió ayuda para un proyecto social con jóvenes. Sin saberlo, Dios estaba usándome.

Hoy, años después, sigo viendo frutos de ese pequeño “sí”. Dios no busca perfección, solo disponibilidad.


Dios usa lo sencillo para lograr lo eterno

El mundo celebra lo grande, lo visible. Pero Dios ve el corazón. Jesús nació en un establo, no en un palacio. Escogió pescadores, no sabios. Usó la cruz, no un trono. Así actúa Dios.

“No es por tu fuerza, sino por Mi Espíritu, dice el Señor” — Zacarías 4:6


Lecciones prácticas para tu vida diaria

  • Habla con Dios cada mañana. Comienza tu día diciéndole: “Guíame hoy”.
  • Bendice a alguien con tus palabras. Una llamada, un mensaje, un abrazo puede ser el toque de Dios para esa persona.
  • Usa tus talentos para servir. Cocina, canta, enseña, lidera… todo puede ser usado por Él.
  • Practica la gratitud. Un corazón agradecido ve oportunidades donde otros ven obstáculos.

Aplicación espiritual: Vive con propósito

Pregúntate: ¿Qué áreas de mi vida he retenido? ¿Estoy dispuesto a soltar el control y confiar? Dios no busca herramientas perfectas, sino corazones disponibles.

Este es tu momento. No lo postergues. Tu historia puede ser el reflejo del amor de Dios para otros.


Conclusión: Tu vida en Sus manos

Al igual que los árboles de la historia, tal vez no comprendes lo que estás viviendo ahora. Pero confía: Dios tiene un propósito eterno incluso en lo que parece insignificante. Tu disponibilidad puede cambiar destinos.


¿Y ahora qué? Una llamada a la acción

Hoy te invito a cerrar los ojos y orar:
“Señor, hoy me rindo. Hazme Tu instrumento. Que mi vida sea un canal de bendición. Úsame como Tú quieras.”

Escucha el mensaje del Dr. Serafín Contreras Galeano aquí: