Después de Jesús haber orado por los discípulos que estaban con él y por aquellos que llegarían por la predicación de generación en generación, fue con sus discípulos al otro lado del torrente de Cedrón,  donde había un huerto. Este lugar también era conocido por Judas ya que Jesús muchas veces se reunió allí con ellos.

Judas, junto a una compañía de soldados, alguaciles de los principales sacerdotes y  de los fariseos, quienes llevaban linternas, antorchas y armas, fue en busca de Jesús para entregarle. “Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo: ¿A quien buscáis?”.

Ellos respondieron: a Jesús  nazareno, respondiendo Jesús ¡Yo Soy!, entonces los que le buscaban retrocedieron y cayeron en tierra. Preguntándoles de nuevo Jesús: ¿A quien buscáis?” y ellos respondieron nuevamente: a Jesús nazareno.

Es realmente sorprendente la actitud de Jesús. Quien aun sabiendo todo lo que tendría que vivir se pudo levantar  y enfrentar la situación con valentía, adelantándose a los hechos, en otras palabras estando preparado y firme para enfrentar lo que vendría.

Es por ello, que podemos preguntarnos hoy. Como reaccionamos ante las situaciones difíciles que nos tocan vivir?, ¿Cuál es nuestra actitud ante un diagnostico médico que puede cambiar nuestra vida? ¿Ante un noticia inesperada, como actuamos? ¿Aceptamos la voluntad de Dios en todas las cosas? ¿Será que podemos como Jesús, adelantarnos y levantarnos con fe firme y enfrentar el problema?

Pero lo más importante de todo es: ¿A quien buscamos? Cuando sentimos por un momento que todo se torna oscuro y muchos vienen contra nosotros, cuando nos sentimos acorralados por las circunstancias o problemas. También en esos instantes que anhelamos una mano que nos levante, que nos defienda, un abrazo de Padre, el consejo de un amigo ¿A quien buscamos?.

Dios sabe de ante mano lo que nos toca vivir, bien sea porque es necesario para nuestro crecimiento o porque hemos tomado decisiones equivocadas y debemos vivir las consecuencias. Él siempre estará allí para adelantarse a los acontecimientos y preguntarnos ¿A quien buscas? Y solo debemos responder ¡A ti, Señor!. De seguro él se levantar y dirá: ¡Yo soy! Y podremos ver como lo que era gigante delante de nosotros, cae por tierra.

¡Porque los montes se moverán, y los collados temblaran, pero no se apartara de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantara, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti! Isaías 54:10.

Nehemías y Esther de Parra
Ana de Arcia (Equipo Ministerial)
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