“Con el enemigo no podemos negociar. Simplemente hay que estar firme. Hay que decirle: Olvídate, si creíste que aquí había un pusilánime, aquí hay un hombre o una mujer de Dios que te va a hacer frente en el Nombre de Jesús, voy a pelear hasta la última gota por mi familia, mi vida y mi pueblo. Y cuando el enemigo vea alguien que tiene autoridad, comienza a temblar y huirá”. Serafín Contreras G.