“Las palabras amables son llaves que abren todas las puertas, las palabras hirientes son como puertas de hierro cerradas con pesados candados.

Nosotros diariamente escogemos entre ser llaves o puertas cerradas.

Es una decisión simplemente basada en nuestra boca”.

Serafín Contreras G.

Deuteronomio 30:19

Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes.

Proverbios 13;3 El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina.