“Somos llamados a ministrarnos los unos a los otros en la familia.

Cuando se pierde el ministerio en la familia, algo errado se incorpora.

La familia no puede estar vacía.

Algo la va a llenar”.

Serafín Contreras G.

Genésis 12:3  Bendeciré a los que te bendigan  y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!»

Eclesiastés 4:9-12  Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse? Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!