“Dios no nos llamó para vivir en jaulas, sino para volar en el cielo abierto. No nos salvó para que seamos hilillos de agua, sino para que broten de nuestro interior Ríos de agua viva. No nos abrazó para calmar nuestra soledad, sino para extender nuestros brazos para él abrazar a miles a través nuestro. Atrévete a hacer, ser y llegar donde Dios lo determinó”.

Serafín Contreras G.