“Almas heridas se encuentran en los dormitorios de nuestra casa por haber sido juzgados apresuradamente sin conocer los hechos que estaban detrás de una decisión o detrás de un fracaso.
Necesitamos quitar el dedo amenazador de los juicios apresurados”.
Serafín Contreras G.
Juan 12:47 Si alguno escucha mis palabras, pero no las obedece, no seré yo quien lo juzgue; pues no vine a juzgar al mundo sino a salvarlo.
Santiago 4:11 Hermanos, no hablen mal unos de otros. Si alguien habla mal de su hermano, o lo juzga, habla mal de la ley y la juzga. Y si juzgas la ley, ya no eres cumplidor de la ley, sino su juez.
1 Corintios 4:5 Por lo tanto, no juzguen nada antes de tiempo; esperen hasta que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.