“Necesito comprender la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo.  Anchura tiene que ver con el hecho de que el amor de Dios es tan ancho que caben todas las razas, géneros y lenguas.  Es tan largo que va más allá de nuestra corta vista.   Es tan profundo que sólo se entiende cuando profundizo en la Escritura y es tan alto que sólo lo comienzo a entender mientras me elevo en oración”. Serafín Contreras G.