“Andemos como de día, honestamente;  no  en glotonerías  y borracheras, no en lechos ni en disoluciones, no en pendencias ni envidias, sin caretas con una sola forma de vivir no con una doble;  vestíos del Señor Jesucristo y no hagamos caso de la carne en sus deseos, antes bien, elevemos nuestro corazón, nuestro espíritu y nuestra alma en un canto nuevo que nace de un corazón agradecido y dispuesto a vivir  para aquel que nos amó y nos lavó con su sangre”. Serafín Contreras G.