Pentecostés anuncia la nueva cosecha y el nuevo comienzo de una época donde la obra del Espíritu Santo es notable en la vida del Creyente.
Pentecostés no es simplemente lo que muchos creen. Algunos hacen énfasis en manifestaciones externas. Algunas de ellas válidas , otra mal interpretadas.
El día cuando el Espíritu Santo se derramó en los 120 algo pasó en la vida de los temerosos discípulos como Pedro.
Veamos la fortaleza, decisión y unción en las palabras de Pedro a la multitud:
“Entonces Pedro dio un paso adelante junto con los otros once apóstoles y gritó a la multitud: «¡Escuchen con atención, todos ustedes, compatriotas judíos y residentes de Jerusalén! No se equivoquen.
Estas personas no están borrachas, como algunos de ustedes suponen. Las nueve de la mañana es demasiado temprano para emborracharse. No, lo que ustedes ven es lo que el profeta Joel predijo hace mucho tiempo: “En los últimos días —dice Dios—, derramaré mi Espíritu sobre toda la gente. Sus hijos e hijas profetizarán.
Sus jóvenes tendrán visiones, y sus ancianos tendrán sueños.
En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre mis siervos —hombres y mujeres por igual—
y profetizarán. Y haré maravillas arriba en los cielos y señales abajo en la tierra: sangre, fuego y nubes de humo. El sol se oscurecerá, y la luna se pondrá roja como la sangre antes de que llegue el grande y glorioso día del Señor. Pero todo el que invoque el nombre del Señor será salvo”. Hechos 2:14-21 NTV
En este pasaje uno ve algo que el antes temeroso Pedro no tenía y es decisión, dirección y unción.
El Dr. Serafín Contreras Galeano comparte la Segunda Parte es este video del tema: “Efectos del Pentecostés”.
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