“El sexo se ha convertido en el dios de nuestra sociedad.  Los hogares aún de los creyentes se han resquebrajado y no sentimos el dolor del arrepentimiento. Cuando ya no sentimos angustia en nuestra inmoralidad, ya ese dios a desplazado al Único Dios Verdadero”.

Serafín Contreras G.
Ezequiel 16:36,37.