El Señor es mi multiplicador, porque él promete volver el desierto en estanques de agua y la tierra seca en manantiales…pero también él será mi disminuidor, porque él promete convertir los ríos en desierto y los manantiales de agua en sequedales. He comprendido que no sólo el Señor me multiplica y me convierte el Desierto en río, pero también Él me disminuye cuando es necesario.  Serafín Contreras G
Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará; El hiere, y sus manos curan.
Job 5:18.
Ciertamente consolará El Señor a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto.  Isaías 51:3.