“Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, en la cuál me has hecho esperar” Salmo 119:49
Cualquiera que sea la necesidad que pueda tener hoy en mi vida siempre podré encontrar una promesa en la Palabra de Dios, que fácilmente se puede adaptar a esa necesidad.
Si me siento sin fuerza y cansado, encuentro una promesa como esta: El da fuerza al cansado y aliento al de poco ánimo. Cuando leo una promesa como esa siento el respaldo no solamente de la promesa, sino de aquel que dio la promesa.
Si me siento solo y abandonado , él me dice: No te dejaré, ni te desampararé, y esa promesa me hace recordar a aquel quién la dijo. Se que él no miente.
Se que él jamás dice algo que luego no cumple, Dios siempre cumple todo lo que promete.
Si hoy tengo hambre de Dios, deseo buscarle con todo mi corazón y alimentarme de su bondad, encuentro entonces está promesa…Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Con estas promesas no solo encuentro fuerza y seguridad sino que me hacen decir como el salmista: Acuérdate de la palabra que haz dado a tu siervo, en la cual me has hecho esperar.
Puedo llegar con seguridad, confianza y con mucho respecto ante el trono de su gracia y decirle, Señor tu lo has dicho, he creído en tu palabra y en ella he esperado, y al expresarlo mi alma se llena de confianza y seguridad.
Hoy puedo esperar en las promesas de Dios y estar seguro que nunca quedaré defraudado. Su palabra permanece para Siempre y ella me hace estar confiado.
Si hoy me siento desconsolado porque el pecado me ha llevado por camino de tristeza y mis rebeliones parecen aumentar, su promesa llega a mi para decirme: Yo deshice como a nube tus rebeliones, como a niebla tus pecados, vuélvete a mi.
Jesús ha dicho claramente, el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasaran. Sus promesas son como una fortaleza en medio de las dificultades y angustias diarias de la vida.
La vida a veces me sorprende, más en medio de esas sorpresas la Palabra de Dios también me sorprende con una o varias promesas que se ajustan preciosamente a la sorpresa de la vida.
Con Dios, las sorpresas de la vida no me asustan, más las sorpresas de Dios me asombran.
Señor, Gracias por tus preciosas y grandísimas sorpresas, esas sorpresas son promesas y en esas promesas yo siempre puedo estar confiado.
Una promesa tuya es como un cheque girado a mi nombre por el Presidente de un banco. Tu eres el creador del universo y de mi vida.
Tus promesas las puedo hacer efectivas en la realidad de tu presencia. En ellos puedo descansar.
Amen
Serafín Contreras Galeano
www.serafincontreras.com
http://www.facebook.com/SerafinContrerasGaleano
Verdaderamente que Dios habla en el momento justo, en el segundo exacto. y son tan exactas sus promesas que como decia alguien por alli. “Prueba con el Señor sino te devolvemos tus pecados”
Gracias Hermano Serafín, las palabras siempre quedan…y donde está la palabra de Dios para comunicarnos con amor…mas bien él está presente y lo que se desea transmitir llega como debe llegar y se escucha en los aídos que deben escuchar…por eso alabo la palabra de Dios en todas las comunicaciones… siento que él está en mí…me siento tranquila, cobijada por él…Señor Padre nuestro, enriqueceme con tu palabra y tu fuerza de amar para sobrellevar todo en vida…te amo..no me sueltes de tu mano..bendiciones…GFuentes
Que maravilloso seria que todos nos pudieramos santar a esperar confiando en sus promesas.
garcias hermano serafin muy bonita reflexion, son muy educativa y nos enseña el buen camino asia nuestra señor jesus…
Lo escrito escrito está. Sigo esperando en sus promesas porque su palabra es fiel y verdadera. Como dijo Habacuc en 3:17-19 si la higuera no florece y las vides no den fruto…. Con todo yo también sigo esperando en su palabra y si no llego a ver lo que espero lo verán mis hijos pero su promesa se tiene que cumplir. Abraham lo creyó, lo palpó pero no lo vio, y se cumplió en sus genraciones hasta el punto que alcanzaron para mí y mis genraciones. Aunque las circunstancias digan todo lo contrario, se dice que cuando está más oscuro es porque está amaneciendo. Se que mi Dios hará grandes cosas en mis hijos, en mi familia, en mis vecinos que he clamado tanto por ellos. En fin esperaré en EL. porque confío y no seré defraudada. Todos conocerán a mi Señor. La crisis económica por la que estoy pasando desde hace mas de tres años tendrá que pasar, será como una nube. Mi país conocerá al Señor. Amanecerá en Venezuela, su luz se dejará ver. Amen y Amen.