Cuando las crisis aparecen, tu primera reacción puede ser correr, hacer algo, intentar resolverlo todo. Pero, ¿y si la mejor respuesta es… quedarte quieto? En este artículo descubrirás cómo descanso y reposo en Dios pueden fortalecer tu fe, ayudarte a tomar decisiones con calma y experimentar seguridad interna. Aquí te comparto ejemplos, prácticas y una reflexión personal para guiarte.
¿Por qué es necesario el descanso espiritual?
La urgencia vs. la obediencia
Muchas veces, en momentos de emergencia, sentimos que debemos actuar inmediatamente. Pero la Biblia nos invita a algo distinto:
“En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.” — Isaías 30:15
Este versículo revela que Dios no solo quiere que hagamos, sino que aprendamos a esperar y confiar.
Descanso no es pasividad
Quedarte quieto no significa indiferencia. En realidad:
- No evades, sino escuchas
- No ignoras, sino permites que Dios guíe
- No pierdes tiempo, sino te preparas interiormente
Este tipo de reposo es una pausa activa: te alineas con la voluntad divina antes de actuar.
Pasos prácticos para cultivar descanso y reposo
1. Reconoce tus impulsos
Lo primero es identificar cuándo tu impaciencia o ansiedad te empuja a actuar precipitadamente. Haz una pausa y reflexiona:
- ¿Qué siento al ver la crisis?
- ¿Qué estoy tratando de controlar?
- ¿He buscado a Dios primero?
2. Crea espacios de quietud diaria
Para entrenar este reposo interior:
- Aparta 5–10 minutos diarios para meditar
- Guarda un tiempo sin distracciones
- Usa versículos clave para centrar el pensamiento
3. Ora con expectación
En esos momentos de silencio, presenta tu urgencia ante Dios. No con exigencia, sino con humildad: “Señor, yo no sé qué hacer. Enséñame”.
Este diálogo fortalece la confianza.
4. Obedece cuando Él hable
Una vez que sientas dirección interior, actúa. Pero ya no desde el impulso, sino desde la paz recibida.
Este orden —espera, discernimiento, acción— protege tu alma.
Mi experiencia personal
Hace unos años, enfrenté una crisis familiar que parecía exigir acción inmediata. Yo quería correr, arreglar, controlar todos los aspectos. Pero algo me detuvo: interiormente escuché que debía quedarme quieta y orar primero.
Durante esa espera, Dios me reveló pasos específicos. No fue fácil: sentía angustia, presión, temor. Pero cuando actué, lo hice con claridad, sin errores impulsivos. Esa experiencia me enseñó que el reposo en Dios no es pérdida de tiempo: es sabiduría y seguridad.
Beneficios de permanecer en reposo
- Claridad interior: al calmar tu mente, Dios habla más claro
- Menor desgaste emocional: no cargas solo con la urgencia
- Decisiones más sabias: tus pasos nacen del Espíritu, no del temor
- Paz que trasciende circunstancias: incluso en medio de crisis, eres sostenido
Cómo integrar esto en tu vida hoy
- Identifica una situación urgente ahora mismo.
- Decide conscientemente detenerte y orar.
- Escribe lo que sientes —ansiedad, temor, urgencia.
- Presenta eso a Dios con sinceridad.
- Escucha en silencio.
- Espera Su respuesta antes de actuar.
Puedes comenzar hoy, aunque sean cinco minutos. Lo importante no es la duración, sino la constancia.
Reflexión final
El mundo nos empuja a hacer más, rápido, sin pausas. Pero Dios nos invita a algo diferente: descanso y reposo en Él. En esa quietud interior, Él habla, fortalece y guía tus pasos con propósito.
Te comparto una pregunta para meditar: ¿En qué área de tu vida necesitas detenerte y permitirle a Dios enseñarte antes de actuar?
Escucha el mensaje del Dr. Serafín Contreras Galeano aquí:

Amen,DIos lo bendiga
Gracias hermano Cerafín por tan sabia reflexión DIOS le bendiga
No sé, pero cualquiera que sea la situación difícil, emergencia, encrucijada como quiera que se le pueda llamar pero me viene a la memoria el pasaje de la Biblia, , “Jesús camina sobre las aguas” (ustedes lo conocen más que yo) y recordando que EL, después de entrar a sus discípulos en el barco, los mandó solos para cruzar el lago, subió al cerro a orar dice la Escritura. Cuando llegó la noche, EL, estaba solo, confiando en el PADRE…Cuando las olas comenzaron a azotar el barco, se acercó a sus discípulos en la madrugada caminando sobre las aguas, por lo que sus discípulos se asustaron al verlo. Fué cuando El, les habló, les dió valor cuando les dijo: ¡soy Yo, no tengan miedo!. Vemos como Pedro le pide a Jesús caminar sobre las aguas para ir hasta donde EL., estaba… y EL, le concede el poder; pero al sentir la fuerza del viento, tuvo miedo y gritó: ¡Sálvame Señor! y dice la Escritura que Jesús lo tomó de la mano y le dijo: ¿Qué poca fé tienes! ¿porqué desconfiaste? y ustedes conocen más que yo, la otra parte ..-cuando se subieron al barco, se calmó el viento.. . y los discípulos se ponen de rodillas ante Jesús cuando lo reconocen. Cuántas veces ante una catástrofe, cuando .tenemos una fé firme, adoptamos posturas que otros no comprenden…si nos quedamos quietos y en sosiego es porque estamos seguros que la gloria de Dios , ha de manifestarse y dejar que el resto de la tripulación en medio de la emergencia vea las maravillas de Dios…de seguro que en medio de la oración. El pasaje nos muestra que hay momentos en medio de las tempestades, veces en que nos parece que estamos solos, pero no es así. De seguro aquí es donde Dios pone a prueba nuestra fé…estar quietos y en sosiego es creer que El, hará su obra…es demostrar a los demás la seguridad que dá la confianza en Dios…que la desesperación a veces nos embrutece, nos ciega y es cuando comenzamos a renegar y a echarle la culpa a otros… y si la cabeza de la tripulación se desespera, quién tomará el control?…es decir: ¡No hay que desesperarse porque Dios está con nosotros! Es verdad “Dios está con los que le temen de veras”…La fuerza del Espíritu Santo que infunde aliento y sabiduría…y es, en esos momentos donde vemos realizado el propósito de Dios en nosotros…EL, no actúa por azar, todo está bien planeado por EL, para que sea manifestada su gloria… en esos momentos…es cuando más debemos confiar que la calma llegará. ¡SEÑOR, TÚ QUE APACIGUAS LA BRAVURA DE LA MAR, CUANDO SE LEVANTAN SUS OLAS, TÚ LAS SOSIEGAS! Dános sosiego y paz para enfrentar los días de sozobra.
Esto nos enseña a que no debemos afanarnos en las tareas del dia a dia,y que debemos descansar en el Señor.
aSerafin Dios derrame cada dia bendiciones y sabiduria sobre ti hasta que sobreabundey.Personas como tu son de gran debendicion para cualquier ser humano.ya que ayudas a edificar.,derrama senor tu gracia sobre este hermano y no permitas nunca que se separe de ti ,guardalo como a la nina de tus osos.