La homosexualidad en edad adulta.

Una causa es la soledad y tristeza. Estudios recientes marcan la soledad como la epidemia de nuestro siglo. Parece mentira que en un ambiente tan tecnológico y tan sofisticado en las comunicaciones, las personas se sientan tan solas y aisladas. Tienen formas de comunicarse, pero dichas comunicaciones siempre son superficiales y los vínculos íntimos y verdaderamente trascendentes se siguen reservando para las relaciones cara a cara.

Esto aunado con una cultura exaltadora del individualismo, hace que tengamos una estima muy alta y especial por las coincidencias y que veamos las diferencias como una agresión y algo equivocado. Es entonces cuando la opción de una relación homosexual cobra fuerza y sentido para la vida.
Dificultad para relacionarse. Unos dicen que es con el mismo sexo y por consecuencia no hay aceptación, afirmación e identificación con el propio rol. Es cierto. Sin embargo, otros dicen que la dificultad es de relacionarse con el sexo opuesto y por dicha razón buscan una relación con su mismo sexo, lo que no les causa tanta angustia.
En mi opinión, es hacia las relaciones íntimas en general, no necesariamente de relaciones sexuales, sino de abrir el corazón en la relación a otra persona. La gran mayoría de las que he ayudado al respecto, me hablan de necesidades profundas  de amor, no de sexo. Pero reciben y dan sexo a cambio de algunas gotas del amor incondicional que buscan. Es triste y cierto.
Desconfianza y miedo a una relación heterosexual. Una experiencia traumática en una relación heterosexual, puede generar una opción homosexual en las personas. Es una situación que suele darse con cierta frecuencia, pero difícilmente se presenta sola. Como dije al principio, lo normal es que aparezcan varias condiciones juntas.
Ruptura de una relación con la familia. Puede ser por diversas causas en la edad de la formación como adulto, es decir, cuando se cursa una carrera profesional es cuando la persona comienza a formar sus conceptos sobre la familia y la pareja. Alguien alejado de los principios paternos puede ser más fácil que crea en concepciones “abiertas” sobre el amor, la fidelidad y la sexualidad, homosexualidad o bisexualidad.
Causas nuevas o especiales Pornografía. El consumo de pornografía es cada vez mayor. Esto genera un pecado con características de adicción y como tal, cada vez se requieren mayores dosis. De la adicción sexual se llega a la pornografía homosexual y de allí a la “pornografía en vivo”. De verla en vivo a practicarla es solo un paso, el mismo paso que hay entre el “table dance” y la prostitución.
Alivio psicológico. Para muchos hombres el sexo es un relajante muscular y psicológico. Para muchas mujeres es un trabajo más y un pesar. Cuando esta pareja se encuentra, y generalmente se junta, este hombre buscará relaciones sexuales que no le generen compromiso, solo una descarga sexual. Los homosexuales parecen una excelente opción desde esta perspectiva. Generalmente se combina con una incapacidad de resolver problemas matrimoniales y por ello la búsqueda de una relación aparentemente fácil y sin conflictos. Por el lado de la mujer, sucede algo similar. Una relación lésbica no incluye el sexo penetración en la mayoría de los casos.
Aburrimiento heterosexual. Quizá después de haber consumido mucho sexo heterosexual buscan algo nuevo, como mero experimento. La Biblia lo llama “inmundicia. . . pasiones vergonzosas. . . extravío” (Romanos 1: 24, 26, 27).
Moda. Aunque nos parezca por demás extraño, ilógico, durante 2003 que estuvimos trabajando para la radio dos veces por semana, entrevistamos a varias personas que se creían homosexuales y vivían como tales. Un malestar existente entre ellos era que muchos que “no eran” homosexuales se hacían pasar pero por mera moda, algo que resultaba para ellos como chocante, ilegítimo, molesto, pues no eran auténticos.
•    Narcisismo. Es un trastorno que se caracteriza en general por un amor exagerado y único hacia sí mismo. Recuerdo una persona que me consultó y que encontraba en todos tantos defectos que era difícil para él creer que pudieran ser creaciones de Dios. Ante tales sentimientos hacia sí mismo, es muy fácil entender sus preferencias homosexuales. Sólo se puede enamorar de alguien tan bueno, guapo y capaz como él.

Causas sociales y culturales Ya mencionamos anteriormente el asunto importante de los estereotipos sociales y su fuerte impacto en las personas que no cubren dicho estereotipo. Es muy importante entender que Dios no tiene un solo molde para hacer personas, aunque nosotros nos empeñemos en hacer cajitas para poner todo y a todos. En este punto es de señalar que Guadalajara, Jalisco (mi tierra), tiene fama de mucha homosexualidad. De hecho está considerada la capital homosexual de México, con clubes homosexuales, asociaciones, una marcha del orgullo homosexual y en Puerto Vallarte playas homosexuales.

Curiosamente, también tenemos fama de machos. Se acuerdan de aquello de “los machos de Jalisco”. El no cubrir un estereotipo hace que se renuncie a una identidad. Muchas veces la misma familia participa del etiquetamiento de sus miembros al no cubrir el estereotipo, causando también un fuerte rechazo familiar.
Área física Aunque se ha intentado desde los años setentas demostrar que el homosexual nace, no lo han logrado. Hasta ahora la posición más aventurada nos dice que a lo mucho sólo aportaría una predisposición y en su mayoría no a la homosexualidad, sino al etiquetamiento social y familiar como ya lo he anotado anteriormente. Este es el caso de personas con temperamento tranquilo, artístico, poco atlético, etcétera.
Una perspectiva final En lo espiritual puede existir una posesión en algunos casos. En la mayoría persiste una lucha en la mente. Algunas ideas representan una base segura para operar la opresión constantemente sobre la persona. Esto es importante entenderlo. No es mi mente, es una tentación externa a mí. Primero nos tienta cuando la persona le “compra” la tentación, cuando la toma como propia. Entonces te condenará. Y caíste en su juego.
Solo lo psicológico, estamos ante necesidades buenas, saludables, agradables a Dios, como el amor, la afirmación, la aceptación, etcétera. Cuando de alguna forma no son o fueron cubiertas correctamente, tales necesidades son erotizadas, sexualizadas y pervertidas. La necesidad es correcta, el satisfactor no.

En Mateo 4 cuando Jesús tuvo hambre después de su largo ayuno, Satanás le ofreció que convirtiera piedras en pan. Ahora la tentación es igual, de ofrecer un satisfactor equivocado a una necesidad correcta. Por ello las personas que practican la homosexualidad difícilmente se sienten felices o plenas, porque el satisfactor ni es el adecuado ni cubre completamente sus necesidades.

Otro golpe común de Satanás es sobre la identidad. “Si eres. . . hijo de Dios”, dijo a Jesús. El atacará lo que somos. Como no puede crear, sólo le queda pervertir la creación. Dios nos guía en el espíritu, Satanás nos habla a la mente. El cuerpo se encontrará acostumbrado a un tipo de satisfactor en el caso de personas que han vivido como homosexuales.

Nosotros acostumbramos al cuerpo a levantarse a una hora, a cenar dulce o salado, a ir al baño a ciertas horas y ciertas cantidad de veces, a un tipo de ritmo físico. Cuando nosotros alteramos por cualquier razón esta “programación” de nuestro cuerpo, pareciera que este “nos pide” las cosas. Este efecto es una base equivocada sobre la que algunos homosexuales justifican que “son”, puesto que su cuerpo, su “naturaleza”, les pide tal experiencia. Esto es completamente falso.

Es sólo una costumbre que ellos mismos construyeron en su cuerpo. Este mismo argumento es suficiente para darle a la persona el control de sus necesidades y hacer una nueva programación sobre su cuerpo. Por último, quiero enfatizar lo que dije al principio: La homosexualidad como tal no existe.

Sólo existen personas engañadas que creen ser homosexuales y otros más que quieren serlo. Es interesante que en encuestas que hemos realizado en Guadalajara, los que quieren ser homosexuales jamás han oído de que la preferencia homosexual se puede cambiar y que esto está completamente comprobado. Entonces queda en tela de duda si en verdad “quieren ser” o sienten que no les queda más remedio.

Muchas personas nunca han escuchado que es posible el cambio. Cuando lo saben, lo quieren tomar. Esto es cumplir el llamado de anunciar buenas nuevas y sanar a los quebrantados de corazón, pregonar libertad a los cautivos, dar vista a los ciegos, dejar libres a los oprimidos, pregonar el año agradable del Señor.
Son muchos los que están pasando de la homosexualidad a una vida de libertad en Cristo Jesús.

por Everardo Martínez Macías
www.venser.org