Un viejo abuelo Cherokee estaba enseñando a su nieto sobre la vida. “Dentro de cada uno de nosotros hay dos lobos peleando constantemente”, dijo él. “Uno de los lobos es positivo y está lleno de paz, calma, amor y bondad. El otro lobo es negativo y está lleno de temor, ansiedad, de lástima por y dudas sobre sí mismo”.
“Abuelo”, dijo el niño. “Si los lobos están siempre peleando, ¿cuál de ellos ganará?”
“Al que alimentemos más”, dijo el abuelo.
¡Este maravilloso cuento indígena resulta tan cierto!
La auto-conmiseración nos mantiene inactivos y muchas veces nos desanimamos temprano por las condiciones económicas, limitaciones, padres antagónicos, presión de los colegas, maestros y otros. Desarrollamos la tendencia a ahogarnos en nuestros sentimientos de dolor y temor que no sirven función alguna excepto mantenernos en nuestra propia pileta de auto-conmiseración.
De nuestras experiencias de vida, llegamos a ser atletas de clase mundial con nuestros sentimientos de dolor y temor pero estos no sirven más que para mantenernos luchando para nadar en nuestra pileta, a menudo ahogándonos en la duda sobre nosotros mismos y una conversación negativa con nosotros mismos. La auto-conmiseración es una emoción poderosa.
Todos nosotros puede hallarse allí de vez en cuando y ninguno resulta inmune a aquello pero está bien; sólo quiere decir que estamos vivos… que sentimos. Ahora bien, está bien salpicar alrededor de vez en cuando. Pero si descubrimos que gastamos mucho tiempo entrenando en nuestra pileta y sentimos como si se ha convertido en una pileta de tamaño olímpico, es tiempo de salir.
La auto-conmiseración es un hábito poderoso, como reza el antiguo dicho: “la miseria ama la compañía” (que dicho sea de paso, sería un gran nombre para un bar). Debido a que este poderoso sentimiento de auto-conmiseración evoca una respuesta recíproca de otros, el dar brazadas en esa pileta puede convertirse en un poderoso hábito.
Como ocurre con todos los hábitos, si nos lo permitimos y lo alimentamos, puede convertirse en tenaz y evitar que escojamos salir de la pileta. La auto-conmiseración a menudo encubre otros sentimientos, manteniéndonos atados en un ciclo vicioso de desesperación en lugar de explorar lo que nuestro dolor intenta enseñarnos.
Aprendamos a reconocer, tomar control y cambiar nuestras reacciones emocionales a los sentimientos dolorosos. Mayormente, aprendemos el arte de evitar… también conocido como bloqueo, negación, proyección ó resistencia de la manera en que los sentimientos dolorosos fueron negados ó evitados durante nuestra niñez.
Se necesita de un aprendizaje acelerado para reconocer nuestra propia resistencia y pedir ayuda para descubrir los sentimientos a menudo profundamente enterrados. Aprendamos a estar conscientes de cualquier conducta negativa que estemos modelando. Una vez que reconocemos que tenemos la tendencia a tratar con las circunstancias de esta manera, podemos aprender a detectar cuándo estamos nadando en aquella pileta de auto-conmiseración y aprender a cómo extraernos a nosotros mismos de ella.
Probablemente estemos leyendo este artículo porque anhelamos mejorar. Que seamos nosotros mismos los que buscamos aquello, nos permite cambiar nuestras emociones negativas en positivas.
Adrienne Whitner escribe: “El agua está caliente a los 99 grados pero hierve a los 100 y puede, de esa manera impulsar una locomotora. Nosotros y nuestras mentes son esa locomotora y debemos entrenar y desarrollar ese ‘sólo grado’; al pasar de 99 (año 2011) a 100 (año 2012). ¡Y ese ‘sólo grado’ puede cambiar al mundo!
Ahora es el tiempo de ser bondadosos, gentiles y pacientes con nosotros mismos mientras abrimos nuestras mentes a nuevas y más vigorosas maneras de pensar y ser. Es tiempo de que nos demos a nosotros mismos un lazo rojo por cuestionar en vez de nadar en nuestra pileta de auto-conmiseración tamaño olímpica. Esa pileta necesita cerrarse para siempre.
Miles Patrick Yohnke, copyright 2012 – All Rights Reserved
Fuente: www.motivateus.com
El autor del pensamiento de hoy da en el blanco al identificar el lugar donde muchos tristemente invierten gran parte de sus vidas… ¡en una pileta equivocada! Y es que la vida es demasiado corta y Dios demasiado grande y sabio como para desperdiciar los pocos días que tenemos de este lado del cielo en lamentaciones y quejas y amarguras.
¡Es tiempo de reconocer que fuimos creados y salvados con propósito y que no hay poder alguno capaz de evitar que cumplamos con ese propósito si nos aferramos al Señor! Vamos, salgamos de esa fatídica pileta y lancémonos a conquistar nuestros mañanas para bendición no sólo personal sino de todas aquellas personas a la que tenemos el potencial de tocar. Que Dios les continúe bendiciendo.
Raúl Irigoyen
ElPensamiento Del Capellán
SOLO GRACIAS……………………
gracias Jesus tenia miedo de que estuviera dejando de sentir pero me estas enseñando a que todo la afliccion que podamos y a pesar de que estuve ahí mucho tiempo hoy me das la oportunidad de entender y aun mas de salir con tu ayuda por tu amor y misericordia TE AMO SEÑOR.
Linda reflexiòn, me han dado para mi, porque eso es lo que estoy viviendo, tratarè de salir de esa pileta por mi porque DIOS me quiere y por mi familia,gracias a quienes mandan estos consejos, que DIOS los bendiga grandemente.
Excelente reflexíon, para leer una y otra vez y así ponerlo en práctica,en el diario vivir, siempre acontecen cosas desagradables en nuestra vida,pero tenemos que poner todas nuestras dificultades y alegrías en la mano de nuestro CREADOR y dejar que EL nos guie para tomar las mejores desiciones y no dejarnos llevar solo por lo que sentimos, para no caer en esa pileta, que nos puede destruir.
Gracias Señor por darme la oportunidad de hablar de tu salvación por medio del señor Jesucristo.Y a demás estar siempre a mi lado en los momentos de angustias y alegrías.Narda Sorace.