La queja constante desarrolla un ambiente de contienda que desgasta la relación.

Cuando una persona se queja mucho, es señal de que hay algo que emocionalmente le está molestando. Muchos cónyuges tienden a manifestar sus quejas, pero no manifiestan verdaderamente sus sentimientos.

Por ejemplo, una esposa se queja constantemente con su esposo porque él llega muy tarde del trabajo todos los días. El verdadero sentimiento es que se siente sola, se siente desatendida, se siente triste. Pero lo expresa con quejas como : “estoy cansada de que llegues tarde”

Los hombres frecuentemente no entienden el lenguaje de las mujeres. Cuando ella se está quejando, solamente escuchan las palabras de queja que salen de su boca, pero no ven el sentimiento que está detrás de esa queja. La queja tiende a molestarnos y provoca enojo y por lo general los hombres no solo no comprenden el sentimiento de su esposa, sino que terminan más bien ofendiéndolas más.

Colosenses 3:13  Soportaos unos a otros y perdonaos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

Mateo 7:1-3: No juzguéis, para que no seáis juzgados, porque con el juicio con que juzgáis seréis juzgados, y con la medida con que medís se os medirá. ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?

La instrucción bíblica es que debemos de tener una actitud de tolerancia y de perdón permanente. Y con esa actitud en mente, hablar con el cónyuge para expresarle el sentimiento (no la queja). O sea que si resentimos algo de nuestro cónyuge, debemos ponernos a pensar positivamente en obediencia al Señor y otorgar a nuestro cónyuge el beneficio de la duda sin juzgarle. Debemos decidir ser tolerantes, tomar con calma la ofensa del cónyuge, no reaccionar agresivamente, sino orar y decidir pensar con calma y con tolerancia.

Tenemos que decidir perdonar a nuestro cónyuge por la ofensa recibida antes de conversar con él o ella. De tal manera que cuando vayamos a conversar, ya llevemos en nuestro corazón la decisión de perdonar. De esta manera se nos hará más fácil expresar solamente el sentimiento sin quejarnos.

Cuando se expresa el sentimiento desprovisto totalmente de queja, la probabilidad de que nuestro cónyuge reaccione positivamente y nos pida perdón es mucho más alta. La ausencia de queja mantiene un ambiente sano para la comunicación del sentimiento y va a ser mejor recibido por el cónyuge.

Si tu cónyuge vuelve a caer en la misma falla que te ofende y te lastima, vuelve a perdonarle y expresarle el sentimiento tantas veces como sea necesario, pero nunca con queja. Quejándote, nunca se resuelven los problemas. En algún momento tu cónyuge recibirá una revelación de Dios por tu obediencia a su palabra.

Si tu cónyuge continúa cometiendo el mismo error que te lastima y te ofende, aún después de que se lo has hecho saber varias veces, entonces tu cónyuge tiene una fijación mental en su sistema de creencias que debe ser removido con terapia. Hablen de eso y busquen ayuda con un líder espiritual calificado en el tema.

Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!
Luis y Hannia Fernandez.