“Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello y se le arrojase en el mar” Marcos 9:42.
Hay muchos pequeñitos en mi camino, y cuando pienso en esto no me estoy refiriendo a personas a las cuales considero insignificantes, poca cosa o despreciables, porque esa no es la visión del Señor para los seres humanos.
Pero hay muchos pequeñitos en el sentido de indefensos, no tomados en cuenta por otros o que se sienten aislados de los demás.
Yo, hoy no puedo ignorarlos y menos aún hacerlos tropezar. No tendré excusa si usando mis capacidades que Dios me ha dado los ignoro o los menosprecio.
Ellos levantarán su mirada esperando recibir de mi mano un gesto de buena voluntad. Hoy, Dios me pondrá en mi camino muchos pequeñitos… Algunos serán niños abandonados por sus padres y hundidos en su temprana edad en el mundo de los vicios, otros serán ancianos que sus cercanos los miran como estorbos, quizá algunas mujeres golpeadas por sus esposos y explotadas por la sociedad y yo, no puedo ni ignorarlos ni menospreciarlos y menos ultrajarlos. Por que esos pequeñitos; no son pequeñitos a los ojos del creador.
Son sus criaturas amadas y buscadas con cariño y paciencia.
Como podré seguir mi camino sin mirarles ni tenderles una mano? Estos pequeñitos creen en el Señor y esperan recibir la demostración de su amor y El me ha puesto en su camino para demostrarles la clase de amor que Dios tiene para cada uno de ellos.
Cuantos de estos pequeñitos que encontraré a mi paso necesitan una palabra y gesto de consolación? Entonces ahora viene a mi mente la expresión del apóstol Pablo cuando dijo: El Dios de toda consolación; nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquiera angustia, con la consolación con que nosotros somos consolados de Dios” Esa consolación es permanente, buena y total y hoy puedo ser el canal para tocar con la Consolación de él; el corazón de los pequeñitos.
Señor: Una piedra de molino en mi cuello pesaría demasiado y me quitaría la oportunidad de seguir viviendo para bendición de otros y una piedra de molino en el cuello es la recompensa para mi si continuo mi camino con sarcasmo e ironía, sin tomar en cuenta las lágrimas que corren por las mejillas de los pequeñitos.
Hoy, Señor, ayúdame a caminar en tu consolación para poder consolar a los pequeñitos que se atraviesen en mi camino. Oh, Padre, tu haz tenido misericordia de mi como un pequeñito y que esperas de mi? Que yo transmita esa misericordia a otros pequeñitos también.
Amen
Serafín Contreras Galeano
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Dr. Serafín, Que Dios nuestro Buen Padre, le continúe dando sabiduría, amor, compasión y mas de su Santo Espíritu. Muchas gracias por sus sabias reflexiones, meditaciones y artículos. Muchas gracias a usted ya todo su equipo. Que Dios el dador de toda buena dádiva, les recompense por tan bendecido ministerio
que hermosa palabra hnos.Dios quiera llenarnos de amor y misericordia para poder ser un vaso de honra y asi poder dar lo que recibimos de gracia y poder ayudar a las personas necesitadas y no ser piedra de tropiezo,
Que bonito mensaje del Dr.Serafin Contreras Galeano que nos enseña a animar a las demás personas, en necesidad, los que son maltratados, humillados, avergonzados y como buenos hermanos debemos de consolarlos y tratar de ayudarlos, gracias Señor Jesús por habernos dado la salvación y la vida eterna y ese gran amor tan grande que nos has dado Jesús , así que tenemos que ser fiel reflejo tuyo, bendito seas Señor Jesús.
GRACIAS POR QUE ESTA REFLEXIONES ME LLEGAN MUCHO Y LLENA MI VIDA COMO CRISTIANA. DIOS LOS SIGA UTILIZANDO MUCHAS BENDICIONES.
No sólo se refiere este bello mensaje a los niños, sino como dice el texto “hay muchos pequeñitos en el sentido de indefensos”… aquellas personas sean adultas o menores excluídas por la sociedad por una u otra razón sin mucho sentido.
Debemos ver a los demás como prójimo, como hermano en la Fe, dar consuelo, ser portadores de palabras de amor tal cual nos amó Cristo. Si es posible dar la vida por la salvación del otro.
Quien sabe si el día de mañana seremos nosotros ese “pequeñito” y pudiésemos ser recompensados o recibir ayuda de una mano hermana por el sólo hecho de haber ayudado antes a alguien, quien quiera que sea… TODOS SOMOS HERMANOS