Screen Shot 2013-01-28 at 22.10.41Nuestro Creador es un Dios de orden.  Desde el inicio de la creación cuando la tierra estaba desordenada y vacía, él puso orden a todas las cosas. Génesis 1:1-27.

El desea que sus hijos vivan una vida en orden.  Orden en su mundo interior, orden en el desarrollo de sus actividades, orden en su aspecto físico, orden en el manejo del dinero, de su tiempo, de su familia, de sus posesiones.

El mundo interior es ese aspecto privado de la existencia donde nos conocemos mejor, allí donde se forja nuestra autoestima, donde tomamos decisiones básicas en cuanto a motivos, valores y compromisos y donde tenemos comunión con Dios.  Organizar nuestro mundo interior significa que permitimos que Cristo permanezca en nosotros y nosotros en él.

Juan 15:4: Permaneced en mi y yo en vosotros.

Tener orden en el mundo interior  es permitir que Cristo tome el control de nuestra vida que sea él nuestra guía, nuestro ayudador en cada decisión de la vida diaria.  Es morir a nuestros deseos e impulsos, y dejar fluir los deseos de Dios, es reflexionar acerca de nuestras motivaciones en cada cosa que hacemos, decimos o pensamos, es permitir que el mundo interior de lo espiritual gobierne al mundo exterior de la actividad.

Ann Morrow Lindberg esposa de un famoso aviador tuvo que luchar con las presiones de un mundo público y ella guardaba muy celosamente su mundo interior y escribió en su libro  Los Regalos del mar:  “Ante todo, quiero… estar en paz conmigo misma.  Deseo tener un ojo bueno, pureza de intenciones, un núcleo central en mi vida que me capacite para llevar a cabo esas obligaciones y actividades lo mejor que pueda.  Quiero de hecho,  tomando el lenguaje prestado de los santos, vivir en gracia el mayor tiempo posible.  Que el hombre exterior e interior sean uno.  Quisiera lograr un estado de gracia espiritual interna mediante el cual pudiese funcionar y dar como debiera a los ojos de Dios.

Jesús dijo de la abundancia del corazón habla la boca.  De acuerdo a como esté tu mundo interior, así será el exterior.  Si no sacas el tiempo para estar a solas con Dios y permitir que tu espíritu sea moldeado por el poder de Dios,  vivirás una vida de desorden, agotamiento psíquico, colapso nervioso o estallido, pues no contarás con los recursos de apoyo interior.  “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida.  Prov.  4:23.

Encomienda a Dios tus obras y tus pensamientos serán afirmados.  Proverbios 16:3.

Orden en su mundo interior.  Paz con Dios, con el prójimo y consigo mismo.

Mi paz os dejo, mi paz os doy, yo no os la doy como el mundo la da.  No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Dios te bendiga,

Tu hermana y amiga,

Alva Vargas de Contreras.

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